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Tachia Quintanar es actriz, pero también ha hecho de musa moderna. Fue compañera del poeta Blas de Otero y ha inspirado y ayudado, en el París de los años 40, 50 y 60, a poetas y músicos de la talla de Gabriel García Márquez, Paco Ibáñez o Lluís Llach.

Quintanar recuerda que Blas de Otero, a quien acompmañó hasta su muerte, «podía estar tardes enteras sin decir ni una palabra». Quintanar es una mujer colorista y alegre que se siente afortunada de haber vivido como lo ha hecho.

Las palabras de Quintanar son de una credibilidad abrumadora. «Siempre estaré del lado de la gente que se siente aplastada», sentencia Quintanar tras recitar unos versos: «Ni una palabra brotará de mis labios que no sea verdad...».

Precisamente, ella será la protagonista de la fiesta que mañana domingo se celebrará en s'Alzinar de Son Xerubí de Son Servera, a beneficio de la Fundació Campaner y la escuela de Bandiagara, en Malí. La fiesta, organizada por la escultora Catalina Palerm, tiene como plato fuerte el espectáculo poético Blas de Otero, paso a paso, verso a verso, protagonizado por Quintanar. Pero, además, el encinar donde se celebrará la fiesta será el escenario de un concierto y una exposición de esculturas de hierro.

Taschia Quintanar se ha comprometido mucho con la fiesta. Ella vivió toda la posguerra en París, y se dedicó a organizar fiestas y recitar poemas a gente sencilla, «refugiados y exiliados que necesitaban destilar el drama que vivía España», recuerda. Mañana Tachia volverá a recitar poemas llenos de esperanza. Esta vez lo hará para niños africanos afectados por el noma, una enfermedad que desfigura el rostro poco a poco, condenándolos a una lenta agonía.