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NICO BRUTTI Nadie debería haberse perdido la increíble versión en directo tocada anteanoche en la Palza de Toros de Palma. Ni una sola persona que se considere tal, tendría que carecer de esta referrncia, si se quiere ridícula. Pero no por eso menos cierta. Me refiero a Leave Your Hat On. Cadenciosa, excitante, seductora, estimulante. Como las coristas, haciendo el movimiento justo, medido y guay para llegar con el tempo al micro para corear el estribillo; para que el tío de las congas pele un saxófono electrizante, profundo, punzante, sanguíneo. Para que los pianos levemente (y no tanto) jazzeados, nos inquieten un poco más todavía; para que Cocker nos aceche con su voz aguardentosa y despiadada. Para vibrar con cada nota, con cada escala, con cada solo de esa fabulosa canción.

Pero también hubo, claro, un antes y un después. Una banda de ocho magistrales músicos sobre el escenario, que incluía congas y saxos, dos pianos, una batería, dos coros, una guitarra y una bajista. Y la Leyenda en primera fila.

La Leyenda incombustible que maneja esa herramienta potente y quebrada al mismo tiempo, añejada y fresca que es su voz. Y sus manos, referencia inevitable para saber cómo vamos, hacia dónde y cuándo acaba.

Una hora y media de disfrute. Un espectaculo con mayúsculas.
Cocker arrancó con Feeling all rigth, seguido del primer griterío con When the nigth comes. No hizo un gran repaso de su última producción discográfica, titulada Hymm from my soul, sino que estrechó el cerco de sus temas a lo seguro.

Capítulo aparte para dos de sus grandes éxitos: Unchain My Heart, arreglada para lucimiento no sólo del británico, sino de la banda entera. Y, You Are So Beatiful, por lo que transmitió emocionalmente.