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MARIANA DÍAZ A setenta y dos horas de la celebración del festival de música electrónica Pitch en el polígono de Son Rossinyol (Palma), previsto para el próximo sábado, los organizadores explicaron a este diario que el evento no se realizará a menos que el Ajuntament de Ciutat entre a formar parte del mismo como coorganizador, ya que ésta es la única manera de que una empresa privada pueda poner en marcha un proyecto de este tipo cumpliendo con la legalidad vigente. ¿El problema? Que en Mallorca no existe ningún gran espacio con licencia de actividades para espectáculos, excepto la plaza de toros, que lo tiene para espectáculos taurinos.

Esta falta de licencia ocasiona numeroso trastornos a la hora de organizar conciertos, y cada cierto tiempo, surge algún contratiempo. Ahora lo sufren los promotores del Pitch quienes, según explicaron, la citada carencia se puede suplir gracias a una «nueva normativa de la Conselleria d'Interior que permite celebrar eventos, como por ejemplo el Pitch, si una institución pública se adhiere como parte de la organización».

El festival de música electrónica, que el año pasado reunió a 8.500 personas en Palma y este año celebraría su segunda edición, cuenta con una autorización municipal del pasado 10 de julio para el «uso del espacio», pero la falta el otro requisito, sin el cual los promotores de Pitch no pueden comenzar a montar. «En realidad, desde Alcaldía no nos han dicho ni sí, ni no, pero así nosotros no haremos el festival porque nuestra intención es cumplir la ley». Se trata, piensan, de un «asunto de voluntad política». «Nosotros llevamos muchos años organizando conciertos, nunca hemos tenido ningún problema y ahora no queremos tenerlos tampoco, preferimos perder el dinero». Las primeras solicitudes a Cort para poner en marcha lo que supone un festival de estas características, incluida la contratación de artistas internacionales y locales, fueron remitidas al Ajuntament de Palma el 27 y el 30 del pasado mes de abril y en mayo el festival comenzó a promocionarse en las revistas nacionales especializadas, por lo que se espera que, de momento, por las entradas vendidas en la Península, «acudan a Palma 800 personas de fuera con lo que supone de pasajes, hoteles, aviones y todo se anulará si no se hace el festival». «Hacemos este festival porque creemos que hay demanda, somos profesionales, no lo organizamos para perder dinero y este año esperábamos entre 10.000 y 11.000 personas». Ayer ya había vendidas 4.000 entradas en la Isla.