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NICO BRUTTI Hierve la carretera hasta la salida 10. Interminables colas de coches se dirigen al gigantesco aparcamiento cruzando la autovía Palma-Manacor. Caminar y salir al balneario 13 bajo la noche que no se decide a mostrar las estrellas o esconderlas entre las nubes. Sobre la arena, el paseo, la zona VIP y aledaños, la gente se muestra tranquila, paciente, de buen humor.

Sobre el escenario, los artistas van pasando y entre uno y otro, las voces y las figuras de Gaspar Sampol y Toni Aguilar, animan al gentío calculado, según la policía local, en veinte mil almas dispuestas a pasarlo bien, a funcionar en la misma onda que los artistas. A bailar y corear las canciones, a festejar y despedir el estío, la estación de la levedad y el divertimento. Regalos varios distribuidos por el Ajuntament de Palma y el Consell de Mallorca se mezclan con las actuaciones de los artistas locales, que hacen de teloneros (aunque no tanto) de los platos fuertes. Insistentemente Sampol y Aguilar azuzan a la multitud con el típico «qué ya llegan», hasta que ya están allí, desfilando uno a uno, haciendo mover a todo el mundo, obligando a cantar a la Platja de Palma entera, en una especie de ceremonia inversa a la de San Juan, despidiendo el verano por todo lo alto, en el mismo lugar que la entrada del solsticio de junio.

Pasadita la una, la luna bien arriba, Diego Martín cierra con su set el festival Mallorca Pop 2007.
David Tavaré, Conchita, D'Nash, Angy, María (ganadora de factor X), Nómada o Jaula de Grillos, entre otros, completaron el circo musical.
Sin incidentes que mencionar o lamentar, con una multitud que hizo todo bien, desde la paciente llegada hasta la tardía salida, mirándose a los ojos y percibiendo con esa seguridad que da la adolescencia que allí volverán a estar el año próximo o donde quiera que se realice, festejando el final de un ciclo. El de la levedad y el divertimento.