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El cineasta catalán Antoni Ribas (Barcelona 1935) murió en la madrugada de ayer en el Hospital Clínic de Barcelona a causa de un infarto. La vida profesional de Ribas estuvo marcada por el cine reivindicativo de los perdedores de la Guerra Civil española que pudieron expresar sus ideas con la transición democrática tras la muerte de Franco.

Ribas se encontraba trabajando en la actualidad en una película autobiográfica sobre los diez meses de protesta que pasó en la Plaza Sant Jaume en busca de una subvención. Condecorado con la Orden de las Artes y las Letras de Francia, otorgada en reconocimiento a su dilatada carrera profesional, el cineasta inició su carrera artística como autor de las obras de teatro El vacío (1964) y Jaque al rey y a la reina (1964), si bien sus inicios en el mundo del cine se remontan a 1958, cuando trabajó como ayudante de dirección de Luis Lucía, Rafael Gil o Luis García Berlanga, concretamente en la película Plácido.

Su primer largometraje fue Las salvajes del Puente San Gil (1967), al que siguió Palabras de amor (1968). En los años 90, aparte de Terra de canons, Ribas estrenó Dalí (1990), cuyo personaje central encaró Lorenzo Quinn. El último largometraje del director fue Centenari (2002).