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El mundo del celuloide está de luto por la muerte de la actriz británica Deborah Kerr, que murió el martes a los 86 años de edad, después de luchar contra la enfermedad del Parkinson. La actriz recibió el Oscar honorífico en 1994 en reconocimiento A toda su carrera, que incluye papeles tan destacables como el personaje en De aquí a la eternidad, en el que compartió uno de los besos más memorables del cine con Burt Lancaster.

La actriz padecía desde hace años la enfermedad de Parkinson y deja en vida a su marido, el escritor y guionista Peter Viertel. Con Viertel, su segundo esposo, llegó a vivir una temporada en el municipio malagueño de Marbella. Deborah Kerr comenzó su carrera dando clases de ballet, actuando en pequeños teatros en Reino Unido, entreteniendo a las tropas durante la Segunda Guerra Mundial o incluso leyendo cuentos infantiles en la radio. Estos tímidos inicios tuvieron su recompensa cuando el cine le dio su primera gran oportunidad al otorgarle el papel protagonista en Mayor Bárbara, en 1941.

Kerr interpretó importantes películas como Las minas del Rey Salomón, Quo Vadis, o El Rey y yo, entre otras muchas. Pero sin duda el papel que más fama le dio fue el de esposa alcohólica sexualmente frustrada en De aquí a la eternidad, cinta en la que compartió planos con Burt Lancaster y que dejó para los anales del cine uno de los besos más recordados.

Sin embargo, Hollywood le negó en seis ocasiones la preciada estatuilla y no fue hasta 1994 cuando recibió su Oscar honorífico, como premio a su trayectoria de «artista de gracia y belleza impecable, una actriz dedicada en cuya carrera cinematográfica siempre destacó por su perfección, disciplina y elegancia».

La actriz, nacida en la localidad escocesa de Helensburgo, se mantuvo activa hasta la década de los ochenta, cuando rodó sus últimos largometrajes.