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JULIO HERRANZ La historia del montaje teatral de Soldados de Salamina nace de la fuerte emoción que en el verano de 2002 y en Atenas sintió Joan Ollé al terminar de leer la exitosa novela de Javier Cercas sobre un episodio extraño del principio de la Guerra Civil, que salta en el tiempo hasta nuestros días; novela que fue llevada al cine por David Trueba en una versión algo distante del libro. «El proyecto parte de la lectura del la obra en aquellas vacaciones, que me hizo llorar desconsoladamente», apuntó Joan Ollé, responsable del montaje que se presentó el pasado viernes en Eivissa y el sábado en Maó.

La obra se interpretará en Palma desde el miércoles hasta el día 27 en el Auditòrium. «Con una puesta en escena muy sobria, la palabra es la protagonista total de nuestro montaje, que no tiene nada que ver con la película», añadió Ollé. Un montaje que ha contado con actores de primera, empezando por los protagonistas principales: Lluís Marco, Jordi Serrat y Gonzalo Cunill; más Isabelle Bress, Karla Junyent, Xavier Ruano y Manel Sans completando el elenco de un proyecto que ha contado con el beneplácito, la complicidad y la colaboración del propio autor. «Tal vez el resultado final tenga alguna cosa que ver con aquello que fue llamado 'teatro documento', o cómo recuperar la memoria colectiva a través de la ficción escénica. Un 'relato real' desde la mentira del teatro», precisó Joan Ollé.

Desde el principio, este montaje teatral de Soldados de Salamina de Joan Ollé contó con la colaboración de la francesa Julie Sermon: «Es una especie de ángel de la guarda cartesiano que viene a los ensayos a supervisar que el escenario no cuente cosas demasiado disonantes de las que el autor imaginó. Es joven y sabia. Le propuse trabajar juntos y aceptó», señaló el polifacético creador: actor y director teatral, guionista de radio, presentador y director de televisión, profesor del Institut del Teatre de Barcelona, colaborador en prensa, etc.

La estructura del montaje respeta las tres partes de la novela de Cercas: Los amigos del bosque, que en teatro queda como Las voces del bosque; Soldados de Salamina, aquí Memoria de ultratumba; y Cita en Stockon, adaptada como Conversation aux Nymphéas. «Una primera parte coral, una segunda monologada y un diálogo la tercera. Las tres herramientas básicas de la tragedia clásica», precisó Ollé.

Asimismo, Juan Ollé valoró la figura real de uno de los protagonistas de la novela, Rafael Sánchez Mazas, jefazo de la Falange española y escritor irregular: «Podría haber sido un buen poeta y acabó siendo un mal político de quien Franco no se fiaba mucho», matizó Ollé.