Detalle de los chicos y chicas en plena actuación.

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CELIA HEREDIA

La luz y las voces de los Chicos del Coro se fundieron anoche en la Seu con un concierto benéfico organizado por la Fundación Iberostar.

Con un programa que incluía composiciones como el Ave María o el Adeste Fideles, esta coral, conocida mundialmente, estuvo acompañada por la Orquestra Simfònica, en un acto en el que se pudo ver una Catedral repleta de público.

El concierto se desarrolló «en un ambiente cargado de magia», afirmó Paco Calatayud que, junto a A. A. Cooper, fue el encargado de acompañar las voces del coro con una combinación de «colores muy suaves» que contrarrestaban la oscuridad del interior de la Seu.

Estaba previsto que el momento más emotivo fuera cuando los Chicos del Coro comenzaran a cantar Adeste Fideles y la Catedral se quedara completamente a oscuras para dar protagonismo al rosetón que, aún siendo de noche, reavivara sus colores, gracias a los 70 focos que lo iluminaban.