El público le reconoce mayoritariamente por sus intervenciones en comedias cinematográficas como A cielo abierto, la francesa Pintar o hacer el amor, Hombres felices o Jet Lag, o interpretaciones más dramáticas en Sólo mía o El Laberinto del Fauno. Sin embargo, Sergi López lleva tatuada la comedia en su piel, no puede evitarlo, es simpático por naturaleza y el sentido del humor está escrito en su carta de presentación.
Tras estrenar el espectáculo Non Solum en 2005, el intérprete catalán subirá hoy, a las 21.00 horas, al escenario del Teatre del Mar con este monólogo del que también es autor junto al director Jorge Picó. En estos dos años el texto del espectáculo se ha ido modificando.
Sergi López se multiplica en escena con esta propuesta que destaca por la excentricidad, el surrealismo y por sus tintes de teatro del absurdo. «Después de tres años y medio sin hacer teatro, tenía ganas de subir al escenario, de hacer el payaso y reencontrar el gran placer de actuar», comentó Sergi López, quien aseguró reconocerse en el personaje que representará hasta el próximo día 20 en Palma.
El actor, quien reconoció que «hacer teatro de creación es la hostia en vinagre», explicó que hacer reír es más fácil que hacer llorar y que la comedia en teatro es mucho más natural que en el cine. López afirmó: «El público mallorquín es fabuloso, no pide permiso para reír como sucede en Francia».
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