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«Habla, y tu devienes escuchando el lugar...». Con esta estrofa, Jochen Winter ha querido finalizar el poema Ritus I, que ha dado nombre a la exposición que inauguró ayer Rafa Forteza (Palma, 1955) en Colonia (Alemania) con la colaboración del Institut d'Estudis Baleàrics (IEB).

Al acto, que se inició con la lectura de los poemas de Winter y finalizó con un concierto para órgano, contó con la presencia del presidente del IEB, Sebastià Serra, y el coordinador del IEB, Toni Planas. La muestra, que está compuesta por pinturas, un libro de litografías y más de noventa esculturas, ocupará hasta el 27 de enero una de las capillas más prestigiosas de Colonia, la Kunst Station Sankt Peter, cuyo altar es una donación del escultor Eduardo Chillida. Un proyecto que ha impulsado el padre Mennekes, quien explicó que «el arte tiene el asombroso poder de partir la religión por la mitad y, una vez rota, atizar su fuego para insuflarle nueva vida».

La exposición, distribuida en dos plantas, está formada por esculturas realizadas con bronce, cañas, telas, papel, entre otros materiales, que Forteza ha creado «buscando la fuerza de las piezas en sí mismas, el diálogo que se produce en la reunión de los elementos y la total expresión de la obra con el espacio».

La única pieza a la que Forteza ha querido dar nombre es el cuadro Tengo recuerdos del futuro, que este verano ya expuso en una galería de Palma. Se trata de una pintura que huye de lo figurativo y con la que el artista ha querido «traer al presente recuerdos del pasado que están, pero que nunca he tenido», matizó Forteza. Una forma de representar, según el artista, a los Daimones, como símbolo de las divinidades primitivas y de las almas de antepasados humanos que, desde su situación de perfección y bienaventuranza, ejercen sobre el mundo de los hombres una función de protección.

La muestra de Forteza será la última comisariada por el padre Mennekes, que durante más de 20 años ha conseguido que las obras de artistas como Chillida, Tàpies, Lee Byars o Francis Bacon, entre otros, ocupen un lugar, que en palabras del artista mallorquín, «ha ido desprendiéndose de los elementos de culto hasta conseguir un espacio diáfano en el que se produce un diálogo entre la creencia y lo espiritual y entre lo espiritual y el arte».

Forteza también inauguró ayer otra exposición titulada Ritus II en la galería Hanseleit de Colonia. Una exposición que recupera, aunque con modificaciones, diferentes obras realizadas por el artistas en los últimos años.