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JONAS CLIMENT «Como director soy muy mal gestor y tengo que autocostearme mis películas porque no se me da bien conseguir subvenciones», explica con una sinceridad brutal Toni Nievas. Este joven cineasta acaba de estrenar, en el circuíto alternativo, Deshielo, su primer largometraje, en formato digital, hecho «con cuatro duros, pero con mucho talento».

Fiel a su espíritu autodidacta, Nievas ha escrito, producido, dirigido, editado y hasta ha hecho de chofer para sacar su ópera prima adelante. En un proyecto donde ha conseguido liar de nuevo a varios actores profesionales de manera desinteresada: Salvador Oliva, Rodo Gener, Xisco Vargas y Magdalena Tomás, unos habituales de sus cortometrajes que no han querido perderse su salto al largo formato.

Deshielo cuenta la historia de un pijo mallorquín, inspirado en Ricardo Bofill, cuyo nuevo capricho es rodar una película porque, según piensa, el cine es 'chic'. Durante su aventura, este hijo de papa se irá topando con trabas que dificultarán la consumación de su particular antojo artístico. A través de este argumento, Nievas realiza una crítica sobre una clase alta que, en una burbuja, «vive al margen de la realidad y el sufrimiento de los demás», apunta. A la vez que «plantea lo difícil que resulta hacer cosas creativas».

El debut del cineasta se inscribe, según reconoce, en la narrativa clásica del cine norteamericano de los ochenta: de Woody Allen a al Tom Hanks cómico de Big. Sin dejar de lado su amor por las películas de Andrés Pajares y el cine patrio de la época. El resultado es una comedia «idiota y fácil con toques de humor negro», de la que se siente satisfecho porque «la gente se ríe con ella», declara.

Curiosamente, el plan del director para el futuro es «rodar películas cada vez más baratas» y sencillas, una filosofía inversa a esa ambición desenfrenada que persigue a tantos artistas, ávidos de superarse obra tras obra. Aunque, admite que, en su caso, soló se trata de conservar la cordura ya que «intentar hacerlo todo yo sólo en Deshielo fue una cosa de locos».