Tomeu Llinás, Aina Rado, Eduard Riudavets y Maties Garcies fueron los políticos de baleares que viajaron a Montpellier. Foto: CARLES DOMENEC

TW
0

C.DOMENEC x MONTPELLIER

De entre todos los territorios que formaron el reino de Jaume I en el siglo XIII, Valencia, Mallorca y Montpellier tuvieron un significado especial. Mallorca y Valencia fueron tierras conquistadas y la ciudad francesa fue el señorío de su madre y donde él nació la madrugada del día 1 al 2 de febrero de 1208. Ocho siglos más tarde, un grupo de 39 mallorquines celebró ayer en Montpellier la efeméride. Amics del Museu de Mallorca se sumó a la sociedad civil de Montpellier, organizadora del evento. La visita de los mallorquines contó con el apoyo del Consell, entidad que ha declarado el 2008 año Jaume I. En la celebración participaron Tomeu Llinàs, secretario general de Presidencia del Govern; Aina Rado, vicepresidenta del Parlament; Eduard Riudavets, secretario del Parlament, y Maties Garcies, director de Cultura del Consell.

En la Facultad de Medicina de Montpellier, la más antigua de Europa, el presidente de la Société Archéologique, Laurent Deguara, guió al grupo mallorquín. Actores franceses, caracterizados de corte del rey, desfilaron por los salones de la universidad.

Por la parte francesa, el homenaje se limitó a bautizar con el nombre de Espace Jacques I d'Aragon un edificio del barrio Port Marianne que albergará cinco entidades españolas, como la Casa de España o la Asociación para los Exiliados de la República. A la inauguración acudieron unas quinientas personas, con una importante representación de la clase política francesa, aunque sólo la alcaldesa de Montpellier, Helène Mandroux, y Aina Rado se refirieron al aniversario de Jaume I.

El presidente de la región Languedoc-Roussillon, Georges Frêche, anunció la creación de «un eje pirenaico que incluirá Catalunya, Aragón, Navarra, País Vasco, Languedoc-Roussillon, Aquitania y Midi-Pirynées», y despreció la Euroregión, con lo que Balears quedará fuera del nuevo grupo de poder. Algún representante de la Generalitat no quiso esperar al final del discurso de Frêche y marchó del Espace Jacques I con indignación.