El acto empezó con una representación a cargo de la ESADIB. Un joven actor devolvía la voz al ilustrado en el «maravilloso y maldito» castillo de Palma. «¡Quiero ser juzgado para demostrar mi inocencia!», gritaba, transportando al público al pasado.
Terminada la puesta en escena, Emilio Bejarano presentó la nueva biografía de Gaspar Melchor de Jovellanos. Un model de tolerància i diàleg, editado en la colección Biografies de Mallorquins del Ajuntament de Palma. Una publicación con la que, según apuntó la regidora de Cultura, Nanda Ramon, se pone fin a una «deuda imperdonable» de Palma con el ilustrado.
En el acto también intervinieron el comisario del Any Jovellanos, Pere Fullana, y el regidor de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Gijón, Justo Vilabrille, encabezando a una delegación asturiana.
La Collegium Vocale puso música al encuentro interpretando la pieza Cantata Jovellanos, de Emilio Arrieta.
Durante el acto se recordó cómo Jovellanos fue confinado, entre 1801 y 1808, en la Cartuja de Valldemossa y, posteriormente, trasladado al Castell de Bellver. Víctima de una mezquina e injustificada conjura, el encierro del asturiano marcó su vida y la de los mallorquines que le rodearon. Con el Any Jovellanos su legado ideológico, literario y calidad humana estará mas vivo que nunca en la Isla.
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