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F.MARÍ El Taller Xicarandana restaura las dos pinturas sobre madera del siglo XVI que se descubrieron en 2004 en las estancias situadas sobre la capilla de Sant Pere de la Seu. Como se recordará estas estancias fueron derribadas para permitir que la luz pudiera penetrar a través de los vitrales de Miquel Barceló.

Ambas piezas tenían como función la de servir de somier para los ocupantes de aquellas dependencias que, en un primer momento fueron habitadas por Isabel Safortesa, y en el XIX, por los guardias que vigilaban la bahía.

Seis años después de este hallazgo casual, este patrimonio volverá a lucir de nuevo. Las dos tablas representan las tentaciones de Sant Antoni y a pesar de que se desconoce su autoría, todo apunta a que salió del taller de Vicenç Massip y su hijo, Joan de Joanes. Así lo confirmó ayer la directora del Museu de Mallorca, Joana Maria Palou, quien aseguró que el autor de las dos pinturas es el mismo que el de la Misa de Sant Gregori, también atribuido al taller de los artistas valencianos.

«No se puede concretar que Joan de Joanes sea el autor, ya que en aquel momento el taller tenía una gran actividad y contaba con ayudantes. Lo cierto es que el Sant Gregori y las dos obras de las tentaciones de Sant Antoni salen de la misma mano», confirmó la experta.

Los trabajos de restauración y conservación que realizan las restauradoras Maria Dols y Maria Teresa Rullan se espera que finalicen hacia junio.
Las obras presentaban una gran acumulación de suciedad superficial y restos de cera de antiguos sistemas de iluminación. Las técnicas se han centrado en la limpieza de la capa pictórica. Hoy por hoy, ya se ha recuperado una tabla y todavía falta la otra.

Los dibujos, todos de temática religiosa, fueron realizados con pintura de huevo.
El Cabildo también ha entregado para su restauración otras joyas como un Cristo crucificado de 1550, de Mateu López, y una misa de Sant Gregori, datada entre 1540 y 1545, que también se atribuyen al taller Massip y Joan de Joanes.