La actuación de la Banda de Música de Montuïri fue seguida por numeroso público. Fotos: J.M.SASTRE

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JOSEP MARIA SASTRE El, en ocasiones endogámico, gremio musical ha sabido diversificar los actos y actividades organizados entorno a la Fira Musical de Porreres y con ello ha conseguido consolidar la muestra en su segunda edición. Los frutos se hicieron evidentes ayer en las calles de la localidad anfitriona puesto que, a parte de los músicos y gente vinculada al sector, acudieron muchos visitantes curiosos y ajenos, en general, a los entresijos de los instrumentos y las partituras.

Es precisamente en esta novedad, en la sorpresa, en esta curiosidad de los no entendidos, donde radica parte de la esencia de la Fira Musical. A esto hay que unir los diferentes espectáculos y representaciones que hicieron las delicias de los más pequeños mientras los mayores escuchaban atentos las interpretaciones de las bandas de música o las explicaciones de los fabricantes de instrumentos.

De hecho, la muestra aúna, en diferentes carpas, a expertos en la confección de instrumentos de música popular, tiendas de música, discográficas, empresas de espectáculos, de material de traslado y un largo etcétera.

Aunque a primeras horas de la mañana los presagios en cuanto a participación eran negativos, el ambiente se animó a medida que fueron llegando los músicos, que actuaron en diferentes puntos del pueblo. Durante el fin de semana el casco urbano fue un inmenso escenario, puesto que el sábado por la tarde y noche hubo ya actuaciones musicales de jazz y rock para los más jóvenes.

En la jornada de ayer actuaron las bandas o sociedades musicales de Son Rapinya, de l'Almudaina, Marratxí, Montuïri, sa Pobla, Son Servera, Sant Llorenç, Santanyí y la de Porreres como anfitriona. Las dos iglesias de la localidad acogieron las actuaciones de grupos de cuerda, orquestas y corales, mientras que en otros emplazamientos del pueblo hubo canción de autor con Victòria Salvà o grupos de funky o jazz. También, talleres de hip hop, clases de jazz, percusión o guitarra, entre otras actuaciones, que incluyeron las de los músicos que no estaban en cartel, pero que se sumaron a la fiesta en el último momento y a modo de improvisación.

La Fira Musical nació hace dos años con motivo del 150 aniversario de la Filharmònica Porrerenca. Tras no celebrarse en 2007, el Ajuntament y la propia banda de música local decidieron recuperarla y, según anunciaron tras el éxito de la edición de este fin de semana, el objetivo es mantenerla como una cita anual.