La necrópolis de Son Real, situada en el término municipal de Santa Margalida, es única en la cultura talayótica del Mediterráneo en el contexto de su época. Por eso, cuando comenzó a excavarse, en la década de los sesenta, los expertos optaron por desmontar una de sus impresionantes navetas para exponerla en el Museu de Mallorca, una práctica impensable hoy.
La campaña de excavaciones y consolidación de restos que dirige desde 2006 Margalida Munar ha dejado este año al descubierto los cimientos de aquella naveta que, aún hoy, puede verse en el Museo de Mallorca. El director insular de Patrimoni, Gabriel Cerdà, visitó ayer la necrópolis para intercambiar impresiones con los expertos que, desde el pasado 5 de mayo y hasta ayer, han trabajado para devolver la necrópolis al estado que presentaba cuando fue excavada por primera vez en la década de los sesenta.
«Tenemos un archivo de más de 2.000 fotografías de los años sesenta, lo que nos ofrece una constatación gráfica de como encontraron la necrópolis en aquella época, a partir de ahí identificamos todas las piedras para restaurar las tumbas al estado en que las encontraron entonces», explica el arqueólogo Jordi Hernàndez.
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