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CARLES DOMÈNEC x BARCELONA La simpatía de Josep Lluís Aguiló (Manacor, 1967) es parte de su capacidad por saber vivir o quizás sea una consecuencia de su doble condición de empresario y poeta. Acaba de ganar el título de poeta del año en Barcelona porque su último poemario, titulado Llunari, ha ganado el premio Jocs Florals, un galardón que después de su restauración ya cumple la edición 150.

"¿Qué explica en Llunari?
"Un Llunari es un nombre sacado de la tradición rondallística. Eran libros de magia que poseían algunos brujos muy poderosos y que servían para dos cosas: realizar predicciones y, si se leían al revés, podían sacar a relucir al demonio. Todo esto me servía para explicar las dos funciones básicas de la poesía: ser una herramienta hacia el conocimiento y, como arte que es, traspalar, conmover y transformar. Y si puede ser, descubrir al demonio o al ángel que llevamos dentro.

"¿Cómo lo ha escrito?
"Empecé en noviembre del año 2004, cuando di por acabado Monstres, y hasta ahora. Contiene unos 35 poemas individuales con una gran variedad temática. Los protagonistas del libro son contrabandistas, piratas, soldados y cowboys. Hay instrucciones para el correcto mantenimiento de las barcas. El objetivo es sorprender y gustar.

"Después del éxito de Monstres, ¿cómo ha encarado este poemario?
"No podía continuar en la misma línea. Quería renovarme y evitar cansarme. Después de Monstres podría haber seguido con ángeles o con dioses pero quería precisamente huir de eso. El poema independiente es muy difícil porque lo tienes que decir todo en un poema. He apostado por la variedad temática y he huido de formas estróficas regulares y de rimas. He seguido contando versos pero de una manera diferente. La mayor parte de los poemas están construidos con versos de diez sílabas. Son poemas que pueden ser recitados aunque yo no soy un buen rapsoda.

"¿Qué representa para usted la obtención del premio de poesía Jocs Florals?
"Los premios han sido el método por el que me he dado a conocer. Dan publicidad a un libro y crea una expectativa al lector y a los medios de comunicación. Como dijo Norman Mailer, los artistas y entre ellos los escritores son como deportistas de élite que necesitan competir. Los premios son prácticos y dan la satisfacción de la competición.

"¿En qué consistirá su agenda de actividades como poeta del año en Barcelona?
"No lo sé aún, pero estoy a disposición del Ayuntamiento de Barcelona. Evidentemente, aportaré cosas porque tengo muchas ideas, pero imagino que habrán de ser factibles y supongo que baratas. Ramon Llull decía que los trovadores son una lacra social porque llevan a que los hombres se maten entre ellos y a que las mujeres se dediquen a putear. Ojalá la poesía lo consiguiera otra vez. Me gustaría aumentar su relevancia social.

"¿La situación ideal de un poeta es tener las espaldas cubiertas económicamente, como en su caso, para escribir libremente?
"Me relajo de la poesía trabajando porque trabajo para mí. Cada éxito de la empresa se convierte en algo personal. La poesía me llega a obsesionar y vivir un mundo completamente diferente me va muy bien. Me gusta tener éxito en los dos ámbitos.

"¿Qué relación tiene su labor literaria con ser de Manacor?
"Es una especie de epidemia. Soy escritor porque en el instituto de Manacor tuve como profesor a Pere Rosselló Bover, también fui alumno de Hilari de Cara, pude ir a la casa de Miquel Àngel Riera con mis primeros versos y a los pocos días recibí una llamada para publicarlos, pude visitar el entorno de Bernat Nadal, conocí a Guillem d'Efak, me llevaron a Blai Bonet. Si no hubiera sido manacorí, nada de esto me habría sucedido.