Nacho Velasco llegó a Mallorca de viaje de estudios y acabó quedándose, haciendo carrera de su amor por la música al frente de algunos de los mejores clubs de la Isla hasta llegar a Garito. Estos días celebra el 10 aniversario de uno de los locales con más carácter de la noche palmesana, el club perfecto para cualquier aficionado a la música de baile con buen gusto que hoy vivirá su gran fiesta.
-¿Cómo debería ser el club perfecto?
-Para mí debería ser el club en el que no hubiera nada que te distrajera de la música, donde la música fuera el centro de atención, con un sonido espectacular; un lugar básicamente negro, una caja cuadrada, pero con algún rinconcito para hacer un break. Personalmente, nunca me han gustado los clubs con láseres y todas esas cosas.
-¿Cómo se consigue mantener una programación en la que el nombre de quien esté en la cabina no sea tan importante como la música que se va a escuchar?
- Por Garito ha pasado gente muy importante que, probablemente, no habrían ido a otro club y han pinchado por una cifra más baja de lo que suelen cobrar. Aquí no es tan importante el nombre, pero es algo que hemos conseguido sin querer. Nos hemos mantenido firmes y fieles a nuestras convicciones, sin atender a modas. Hemos evolucionado, pero no hemos cambiado. La constancia también es importante, la gente que viene a Garito sabe lo que hay. Aunque aquí se escucha música diferente, pero la esencia es siempre la misma.
-¿Y cuál es esa esencia?
-Yo, personalmente, lo relaciono con la música negra: soul, jazz, funk y luego las nuevas tendencias de la música negra, como el house. Los sábados, especialmente, es lo que vas a escuchar, desde las tendencias más electrónicas a las más cercanas al soul. Pero algunos días encontrarás hip hop o broken beat, aunque es un estilo que se ha ido diluyendo, porque es un ritmo de tres por cuatro y los blancos no sabemos bailar.
-¿Qué le falta y qué le sobra a la noche palmesana?
-Le falta magia, le falta encanto. Le falta que la gente se crea que lo que hay en Mallorca vale la pena. Hay muchas iniciativas y lo que falta es el interés de la gente, que se informe, aunque es algo que va unido a nuestra forma de ser. Aquí tenemos una oferta que ya querrían en muchos otros lugares, hacia fuera. También falta mimo por parte de las instituciones: un buen ocio es lo que le da vida a una ciudad. Y lo que le sobra son imitaciones. Hay gente que copia al vecino, sin aportar nada, aunque también hay muchos promotores jóvenes con ganas de hacer cosas.
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