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«Vosotros habéis sido los verdaderos protagonistas», dijo Oliver Tardy a la Capella Mallorquina tras el concierto celebrado el pasado domingo en Hamburgo. Pero las amables palabras del director de la Orquesta Sinfónica de Berlín no fueron mera camaradería.

La agrupación coral se apuntó, en su segundo asalto al país germano, otra victoria, convenciendo de nuevo a los 1.500 espectadores que fueron a ver al tenor Roberto Alagna "quien también gustó, y mucho" y se encontraron con una grata sorpresa: el magnífico acompañamiento de la Capella Mallorquina.

Comparar es odioso, pero también inevitable. Y si el debut de la coral en Berlín, el pasado viernes, se saldó con notable éxito, el azote de la lluvia sobre el público impidió que el recital, al aire libre, brillara en todo su esplendor. No sucedió así en Hamburgo, donde, bajo el techo del Palacio de Congresos, la gala Viva L'Opera disfrutó de condiciones óptimas para el disfrute de público e intérpretes. «Disfrutar» era la consigna ordenada por el director de la Capella Mallorquina, José María Moreno, a los miembros de la agrupación, y así lo hicieron. Más relajados que en el primer concierto, las ochenta voces de la coral sonaron con mucha fuerza y seguridad, todo un mérito teniendo en cuenta que el lugar (una ciudad del país de la cultura y la música clásica) y los acompañantes (una orquesta de altura, la Berliner Symphoniker, y dos grandes solistas, Barbara Krieger y Roberto Alagna).

Después de ser ovacionados por el público en fragmentos operísticos como el Nabucco y Il Travatore, ambos de Verdi, la mayor alegría para la Capella Mallorquina fue comprobar cómo, llegados los bises, los asistentes clamaron que volviera a cantar el coro. Un final perfecto para la coral, que repetirá el formato del concierto el próximo mes de octubre en el Festival Música Mallorca.