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A.L./ EFE El regreso a los escenarios de Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, estaba hecho a su medida, trabajó intensamente durante años en la confección de Puro, de principio a fin. El Palma Arena abría ayer sus puertas al arte, a los orígenes del flamenco y al Farruquito quizá más genuino.

Era un día especial para el bailaor porque comenzaba una nueva gira, un nuevo proyecto, una nueva «ilusión». Mucha de esa alegría, transmitida a los medios de comunicación en la rueda de prensa del miércoles en Palma, tendría que ver con la noticia de que no tendría que regresar a la cárcel.

Desde el pasado lunes, 21 de julio, utiliza una pulsera telemática para poder disfrutar de los permisos carcelarios. El bailaor durmió por última vez en la prisión de Sevilla I el jueves 17 de julio. Salió para disfrutar el fin de semana en libertad y, cuando regresó el lunes se le comunicó la decisión de imponerle la pulsera. Este dispositivo está conectado al teléfono fijo de su domicilio al que tiene que incorporarse cada vez que así lo decida la Junta de Tratamiento, que es la que estudia la «movilidad» del bailaor.

Más allá de lo personal, algo que el artista no ha querido que diluyera su vuelta al espectáculo, Farruquito derrochó ayer flamenco puro con su apuesta por las raíces.

Casi 2.000 localidades se ofrecieron al público mallorquín para ver a un artista que tiene ganas de hacer todo aquello que hasta ahora no había subido al escenario. Así se atrevió ayer con un 'zapateao', en Lluvia de ilusión. Pero ilusión es la que tenía el bailaor por ponerse las botas, porque «cada día bailo con más ganas», reconocía el artista el miércoles en la presentación en Palma de este montaje.

El espacio deportivo acogió anoche un evento especial. Por muchos motivos. El flamenco salió de sus escenarios habituales, Farruquito volvía a bailar y el Palma Arena acogía el estreno mundial de un espectáculo que ha levantado y seguirá levantando mucha expectación.

Un elenco formado por 13 artistas y Manuel Molina, como invitado, acompañaron al artista sobre el escenario. Farruquito abrió su alma en Mallorca, dejó a vista del público sus sentimientos y pensamientos, plasmados en las letras y en cada uno de sus movimientos sobre el escenario.