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ANA LARGO

Desde que el arquitecto Pere Rabassa, encargado del proyecto de rehabilitación integral de Sa Llonja, confirmara hace unos meses a este periódico su intención de presentar un proyecto alternativo para la cubierta del edificio, ha subrayado en numerosas ocasiones que cualquier cambio o variación sobre el proyecto debe ser supervisado previamente por la comisión de seguimiento de la obra. Es por ello que es tan importante su creación.

La propuesta del arquitecto de recuperar la cubierta original plana del edificio gótico de Guillem Sagrera será puesta sobre la mesa a partir de septiembre. Será a principios de ese mes cuando esté constituida dicha comisión, según informó la dirección técnica, y cuando ésta y otras propuestas del arquitecto sean revisadas. Si obtuvieran el visto bueno, sería el organismo contratante -Conselleria de Cultura y Ministerio de Fomento- el que tendría que dar el visto bueno.

No sólo por los andamios, Sa Llonja luce un aspecto diferente. Los trabajos, que comenzaron ya hace unos meses, se aprecian, sobre todo, en la parte alta del edificio donde ha comenzado la limpieza de las fachadas. A 24 metros de altura, en los andamios, los operadores trabajan la piedra, para limpiarla, sobre todo, de sales.

Diferentes técnicas son aplicadas en cada zona, según las necesidades. La primera acción es el vaciado de juntas. «El mortero que tiene ahora es demasiado duro, no deja transpirar la piedra y no sale la humedad, por ello, se están vaciando y se sustituirá por un mortero de cal», explicó el arquitecto Pere Rabassa. Por su parte, Ian Kinnear, gerente de Restaurotec, explicó que el siguiente paso es matar hongos y líquenes, aplicar un consolidante sobre la piedra para evitar que su disgregación y un silicato de aluminio a baja presión para limpiar. El aparejador Joaquín Izquierdo explicó que para protección se aplicará una patina con mortero a base de cal. Además de las fachadas exteriores, la reforma contempla la prevención de humedades en las bóvedas y las fachadas interiores, y la reparación de grietas. El interior de Sa Llonja ya cuenta con un andamio de 17 metros para comenzar a trabajar.

Los operarios se han dedicado en estos primeros meses también otras tareas como la apertura de una de las torres, que se encontraba tapiada; o la limpieza del espacio bajo la cubierta.