El saxofonista Pedro Iturralde (Navarra, 1929) ya es una figura imprescindible de la historia de la música española del siglo XX. Este genio y maestro creador ha contribuido a innovar e implantar el jazz en España. Pionero de la fusión flamenco jazz, se ha relacionado con músicos míticos, de Paco de Lucía a Tete Montoliú. Ahora llega a Mallorca para ofrecer una clase magistral y presentar su gira Etnofonías arropado por su cuarteto. Será el próximo 23 de agosto en el Castell de Bellver.
-Su concierto, 'Etnofonías', será un recorrido musical por el mundo. ¿Qué lugares y épocas mostrará al público?
-No tenemos tiempo de hacer todos los países pero seguro que viajaremos por Norteamérica, Francia, Portugal, Andalucía y, sobre todo, Grecia, que es el que más me ha influenciado.
-¿A qué se debe esa influencia predominante de Grecia?
-Después de una estancia de dos años y medio en Beirut [Líbano] ir a Grecia fue volver a Europa y sentir que estaba realmente en la cuna de la civilización europea. Me interesó la gente y la diversidad que tiene entre oriental y balcánica. Mientras que la música me inspiró a hacer una composición basada en temas populares del país.
-Como pionero del jazz en España, ¿cómo cree que ha evolucionado la relación de este país con este estilo musical?
-El jazz es una música en evolución. Mis primeros discos fueron de Amstrong, Ellington y Coleman Hawkins. Ellos hicieron muy bien su estilo, pero el jazz continuó evolucionando con los demás estilos de be bop y hard bop. La gente, en España, no ha vivido la época del dixieland, New Orleans o el swing y ha empezado con el jazz moderno. No saben que en los años 40 se bailaba música que provenía del jazz pero que había que interpretarla fox-trot, en diferentes tempos.
-¿Qué recuerda de su experiencia en el emblemático Whisky Jazz Club de Madrid?
-Recuerdo haber tocado con grandes figuras y haber desarrollado o perfeccionado mi estilo y haber iniciado, al principio de los años 60, el flamenco jazz y haber grabado el histórico disco Pedro Iturralde featuring Hampton Hawes. El jazz hecho en España alcanza el nivel mundial en este club y en el Jamboree de Barcelona con Tete [Montoliú].
-He leído que el humo del club perjudicó su salud. Supongo que a usted no le debe gustar mucho ese mito, creado por la cinematografía, de asociar el jazz con clubs cerrados donde se fuma a raudales.
-No era un club muy grande, pero había mucho humo porque la gente fumaba mucho en esa época y yo estuve a punto de perder mi capacidad torácica y pulmones.
-Usted revolucionó el jazz al fusionarlo con el flamenco. ¿Fueron fáciles de casar estos dos estilos? ¿Qué le interesa ahora?
-El flamenco y el jazz, siendo dos culturas tan diferentes, tienen muchas cosas en común y a casi todos a los músicos del jazz les gusta el flamenco y viceversa. Yo, ahora, apenas tengo tiempo de oír música. La música que hago es mi propia vida. Mi única aspiración es hacer lo que hago y mejorarlo en cada concierto. Tengo un ídolo que no es musical y se llama Rafa Nadal.
-Usted domina tanto el saxo como el clarinete, lo cual es bastante poco habitual. ¿Qué es lo que más le gusta de cada instrumento?
-Del clarinete, lo que más me gusta es el registro grave [Chalumeau] y del saxofón la gran diversidad de matices y la expresión humana.
-¿Le acompañará su banda habitual en este concierto? ¿Es el cuarteto la formación en la que más cómodo se siente?
-Sí, es mi formación habitual con la que estoy realizando la gira Etnofonías a nivel nacional e internacional, aunque no menosprecio otro tipo de formaciones como son la big band, el dúo o el octeto.
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