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CELIA HEREDIA El oleaje en alta mar se llevó la vida de muchos, mientras otros corrieron mejor suerte. Mallorca, por ser ciudad de pescadores, vivió tragedias que el mar se tragó y también las alegrías de aquéllos que llegaron a buen puerto y que supieron mostrar su agradecimiento a Sant Pere, Sant Elm o la Verge del Carme, los que consideraron responsables de su buena suerte. Ésta es la esencia de la tradición marinera expresada a través de objetos, pinturas y textos que, desde hoy y hasta el 11 de enero, constituyen la primera exposición temporal del Museu Diocesà La fe i la mar.

La muestra está estructurada en tres espacios, donde los visitantes podrán conocer la riqueza del patrimonio religioso a través del mundo marítimo. El recorrido comienza con la proyección de las imágenes del puerto de Palma durante 1929, cedidas por José Cabrinetti. «Las embarcaciones populares, las costumbres, las proceciones y las imágenes de los patrones del mar conforman lo que se puede ver en la primera sala», señaló Bernat Oliver, experto marítimo y comisario de la muestra, junto a Mar Gaita. Mientras los exvotos de agradecimiento constituyen el espacio dedicado a Els perills de la mar i el agraiment per la salvació. En él se podrán ver objetos y pequeños cuadros realizados por conocidos pintores, donde aparecen representadas las desgracias de una enfermedad, un accidente o un naufragio, junto a una imagen de Cristo o de la Virgen. El Bisbe Jesús Murgui, en representación del Museu Diocesà y del Bisbat de Mallorca, quiso agradecer las colaboraciones realizadas por diferentes parroquias y comunidades religiosas para esta muestra.

Durante la presentación, Murgui estuvo acompañado por el conseller de Medi Ambient, Miquel Angel Grimalt, y la portavoz de UM, Catalina Julve, entre otros.