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FERRAN PEREYRA
Con una Magna repleta hasta los topes "las localidades estaban agotadas antes del concierto-, el Auditòrium de Palma vivió el encuentro de dos generaciones de los Valdés como una de las jornadas más mediáticas e interesantes del actual cartel de Jazz Voyeur Festival. La expectación, sólo comparable al concierto de Diana Krall en el Palma Arena, no dejó espacio para dudas en el reconocimiento de estos dos grandes artistas de la música cubana. Dos formas distintas de afrontar unas mismas raíces que, después de un primer encuentro, hace unos ocho años, gracias al film de Fernando Trueba Calle 54, se estrechan la mano con firmeza y decisión con ese álbum Juntos para siempre, que constituyó el fuerte de la velada. Un compromiso que pasearán por diferentes escenarios del país revelado el pasado día nueve en la Casa de América de Madrid en la celebración del cumpleaños de ambos músicos.

Bebo y Chucho Valdés, dos genialidades pianísticas, cuatro manos de oro que acumulan una docena de Premios Grammy, rubricaron un sensacional concierto en el que la emotividad y respeto se puso al servicio de la elegante interpretación de la música cubana salpicada de un buen jazz.

Una velada exitosa y entrañable para la que, en potencia, dado el interés que suscitó el concierto, había más interesados de los 1.750 que llenaron el aforo del Auditòrium y muchos mallorquines se quedaron sin ver a este par de grandes músicos.