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R.C./EUROPA PRESS
Mientras la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega aseguró ayer que el Ministerio de Asuntos Exteriores «facilitará todos los detalles» sobre la obra realizada por el pintor Miquel Barceló en la cúpula de una de las salas de la ONU en Ginebra, el diario ABC publicaba en su portada que para el pago de esta obra, cuyo importe asegura el rotativo que superará los 20 millones de euros, el Gobierno gastó 500.000 euros del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) en los países del Tercer Mundo.

Se trata de una vuelta de tuerca de más en la polémica que suscitó el propio ministro Miguel Àngel Moratinos cuando, el pasado jueves, presentó, en compañía de Barceló, la decoración para la cúpula en la Sala de los Derechos Humanos y se negó a dar datos sobre su coste. Finalmente, ante la insistencia de los periodistas presentes en el acto, el titular de Exteriores dijo que el dinero para pagar a Barceló y el conjunto del proyecto había salido en un 60 por ciento de aportaciones privadas y en un 40 de las arcas del Estado, así como de cinco Comunidades Autónomas: Balears, Asturias, Catalunya, Extremadura y Andalucía.

Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores aseguraron que el lunes se informará de todos los detalles del presupuesto de la cúpula, que será inaugurada el próximo 18 de noviembre por los Reyes y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Una vez destapada la caja de los truenos, las noticias se suceden. Según el citado diario, Barceló habría cobrado seis millones de euros. ¿Y en qué se ha gastado el resto del dinero y de dónde se sacará? Pues, según ABC, «a los 11 millones de euros aproximadamente que se han conseguido de financiación (40% por ciento pública y 60% privada), faltan por sumar en torno a 9 millones más, que aún no se sabe de donde van a salir».

El rotativo madrileño asegura que «si no se logra atraer más capital privado no quedará más remedio que tirar de las arcas públicas».
A los «honorarios del artista» y a los costes propios de material, se deberá añadir la contratación de «seguros» y de «acondicionar una sala inmensa». La cúpula que pintó Barceló mide 1.400 metros cuadrados y en ella se emplearon 35.000 mil kilogramos de pintura.

Como contó personalmente el artista el pasado jueves, el proyecto se retrasó varios meses debido tanto al curso de su creatividad como a la búsqueda de los artilugios mecánicos que necesitó para llevar adelante su idea. Parece que eso implicó que España haya tenido que pagar el alquiler de una sala alternativa para reuniones mientras duraba el trabajo de Barceló.

En cuanto al proyecto, ABC insiste en que España se comprometió no sólo a la ejecución y financiación total del mismo, sino a «asumir los costes de limpieza de la obra de Barceló durante toda la vida de la misma», entre otros muchos más conceptos.

Para poner en marcha este proyecto, en 2007 se creó la Fundación Onuart y el Gobierno buscó la colaboración de empresas, entre ellas Sa Nostra, Hotetur Club, Telefónica, Repsol, La Caixa, Caja España o Iberdrola.