Imagen de piezas depositadas en el Museu de Mallorca tal como llegaron al centro hace décadas. Fotos: M.D.
MARIANA DÍAZ
Hace muchos meses que el colectivo de arqueólogos es una olla en ebullición contra el Museu de Mallorca. ¿El detonante? La exigencia de su directora, Joana Maria Palou, sobre cómo deben siglarse (registrar) los materiales procedentes de las excavaciones arqueológicas que, por ley, deben depositarse en dicho centro. Según estos profesionales, Palou interpreta el Decreto de Arqueología de la Llei de Patrimoni de una forma tan rigurosa que les dificulta el trabajo. Esta situación ha generado un clima de crispación y de enfrentamiento total entre la dirección del museo y una parte de los arqueólogos. Por otra parte, la Conselleria de Cultura del Govern señaló ayer que ha recibido «un documento» del departamento de Ciencies Històriques i Teoria de les Arts de la UIB sobre «actuaciones irregulares en la gestión de los fondos de arqueología del museo». Y que ha pedido «colaboración» al Ministerio de Cultura sobre la forma en la que resolver éste último conflicto y «aclarar todo lo que haya podido pasar».
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