TW
0
A.B/M.B Una noche para el arte, para el espectáculo, para la originalidad de la música y, sobre todo, para la ilusión que nunca debería acabar como las burbujas de Pep Bou. Una noche de constelaciones y de estrellas, de mujeres de bandera, de presencias y de ausencias, de reyes y conquistadores y de recuerdos y conmemoraciones. La gala de entrega de los Premis 31 de Desembre de la OCB fue un auténtico cóctel artístico que reunió a un buen número de personas que no quisieron perderse el triunfo de la defensa de la lengua y la cultura.

Desde el Govern acudieron la consellera de Cultura, Bàrbara Galmés; la consellera de Treball, Joana Barceló, y la directora general de Política Lingüística, Margalida Tous. También estuvieron presentes la consellera Insular de Cultura, Joana Lluïsa Mascaró y el conseller Insular de Interior, Joan Lladó. La rectora de la Universitat de les Illes, Montserrat Cases o el senador Pere Sampol, también quisieron 'hacer país', al igual que otras muchas autoridades y representantes de la cultura y sociedad.

La OCB apostó está noche por las actuaciones de grupos que han sido revelación esta temporada, como el caso de Tiu, que puso el sabor a la noche con la presentación de su disco Musicogastronomia. O también los jóvenes catalanes Manel, que presentaron su disco Els millors professors europeus. No faltaron los habituales, como Tomeu Penya, que optó por sus clásicos Rock and Roll Star e Illes dins un riu.

El espectáculo visual vino de la mano del artista Pep Bou, que encandiló al público con sus burbujas de jabón. Todo ello acompañado por las voces de Pep Tosar y Núria Feliu y la música al piano de Andreu Riera.

En el 25 aniversario de su muerte no podía faltar un homenaje a Joan Miró. La proyección de Cesc Mulet Els rastres fosforescents dels cargols mostró el trabajo y los pensamientos e inspiraciones del pintor.

Con el audiovisual Dones i literatura se rindió tributó a aquellas mujeres que han destacado en la literatura con una mención especial a Maria Antònia Salvà y Mercè Rodoreda. Como no podía ser menos, se entonó La Balanguera al final del acto, aunque algunos siguen sin sabérsela.