Una gran bola de luz bajó de la bóveda al concluir el acto.Este año, 'El Cant de la Silbil·la' lo interpretó una niña.La Escolania de Lluc, cuando se dirigía al presbiterio. Fotos: NURIA RINCÓNLa presidenta Francina Armengol, durante la lectura del pregón.Uno de los profetas que actuaron en el segundo acto de la pieza.

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CELIA HEREDIA

«La recuperación de una pieza única nos permite hacer un viaje en el tiempo e imaginarnos cómo era la litúrgia medieval mallorquina». Así de agradecida se mostró ayer la presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol, por el trabajo de recuperación de Les Matines de Nadal a iniciativa de la Fundació Santuari de Lluc.

Durante el pregón que precedió a la representación teatral cantada, la presidenta hizo hincapié en la importancia que ha tenido la Silbil·la «para que esta tradición se mantenga viva», y se refirió a ella como «un elemento que marca nuestra identidad mallorquina». Además, Armengol informó de la intención de la citada fundación de llevar esta obra por otros lugares de España y de Europa, con el apoyo del Consell, «ya que este montaje es la carta de presentación del mundo cultural mallorquín».

Les Matines de Nadal es una pieza teatral litúrgica que comenzó a representarse en el siglo XI por catedrales y monasterios de toda Europa. Desde el Concilio de Trento la obra no había sido escenificada, hasta que en 2006, la Fundació Santuari de Lluc recuperó uno de sus actos, La processó dels profetes, adaptado del latín al catalán por el fallecido Pere Joan Llabres. Y ayer volvió a representarse en la Seu, bajo el patrocinio del Govern y del Ajuntament de Palma.

Entre músicos y cantaires, más de 200 personas escenificaron este drama litúrgico medieval, bajo la dirección escénica de Pere Noguera y la musical de Joan Company. La música fue compuesta por Antoni Martorell. Las voces las pusieron la Escolanía de Lluc, la Coral Universitat de les Illes Balears, el Orfeó de la Universitat y el Cor de Mestres Cantaires. Mientras, de la parte músical se encargaron los organistas, el quinteto de metales 5 de Braç y, como novedad, el Joch de Ministrils, en una escenografía creada a partir de luces de color. Otra de las novedades fue que, en esta ocasión, la Silbil· la estuvo representada por una niña, que, además, cantó a dúo con el Àngel.