De izquierda a derecha, Paz Alcoverro, Boris Pena, Javier Oliver, la alcaldesa Aina Calvo, Nanda Ramon, Xavier Gimeno Grasa, Teresa Alorda (madre del poeta ganador Jaume C. Pons), y Bartomeu Fiol. Foto: TERESA AYUGA

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ANA LARGO

La excesiva sobriedad volvió a marcar el desarrollo de la gala de entrega de unos emotivos e internacionales Premis Ciutat de Palma 2008, -no de 2009 como se presentó en la pantalla, los programas y en los atriles del acto-. Sin grandes despliegues, con sencillez y cierta celeridad transcurrió el acto de luz tenue, azulada y casi hasta mareante. A la hora prevista, los presentadores Joan Carles Palos y Glòria Franquet se presentaron ante un lleno Teatre Principal para dar a conocer, primero, los proyectos de investigación becados.

La 53 edición de los galardones ha registrado un descenso notable de participación, sin embargo, la regidora de Cultura, Nanda Ramon, puntualizó en su discurso que, «pese que han sufrido cambios y vicisitudes» a lo largo de su historia, los premios «han logrado ser uno de los referentes más significativo de la ciudad». Ramon subrayó el papel de la cultura como «sector estratégico» y destacó «su función en un desarrollo económico equilibrado y sostenible, especialmente resistentes en escenarios de crisis generalizada».

El premio de Animació Independent, en su segunda edición, cruzó las fronteras para recaer en los franceses Sébastien Eballard, Clément Soulmagnon, Quentin Chaillet y Yann Benedi, que no acudieron a recoger el galardón, y la obra Gary. Los ganadores del Premi Guillem Sagrera d'Arquitectura, Boris Pena y Javier Oliver Simarro, por el proyecto Cine Doré, lo recogieron sin palabras. Por cierto, incomprensible el mutismo y la decisión del jurado de este premio de no revelar a la prensa, ni en calidad de embargo hasta después de la gala, el nombre del proyecto ganador, como hace Cultura para facilitar el trabajo a todos. Después vino el Premi d'Arts Visuals a Paz Alcoverro por Sin título. La artista agradeció este galardón «muy importante para mí» y recordó a su bisabuela, la poetisa Ana Inés Bonnín, que obtuvo el Premi de Poesia «hace más 30 años».