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JONAS CLIMENT
Los colectivos ligados a la industria de la música en directo presentaron a finales de enero en Madrid un Manifiesto por una Ley de la Música en el que planteaban los problemas del sector que debería regular dicha norma, una promesa electoral del PSOE que se ha visto retrasada por su «complejidad». La colegiación de los profesionales, una homologación de las licencias para los locales, un Código de Buenas Prácticas, un Estatuto del Músico, cuotas para la programación de la música española en los medios o ayudas para la rehabilitación y la creación de espacios para la música en vivo son algunas de las exigencias de este texto. Ocho profesionales locales suscriben estas reclamaciones y hablan de la situación del sector en Balears.

Toni Fernández
Músico y productor
Creo que, en principio, esta ley es necesaria. Esta bien que se haga un estatuto para colegiarse, pero implicaría una cierta homologación de los cursos y grados de formación o, sino, exigir a los músicos que demuestren su trayectoria profesional. Respecto a las cuotas de programación es muy complicado que las empresas privadas las acepten, a no ser que estén apoyadas por ayudas institucionales.

Esteban Peña
Promotor
La música es cultura, aunque también negocio y, por ello, ha sido apartada del apoyo institucional que otras artes menores reciben. Se debe ayudar a la creación de más y mejores espacios para la música en directo. También se debería dotar al promotor privado de ayudas, no para que gane más aún, sino para llevar a cabo proyectos objetivamente interesantes para la ciudadanía y que, de otra forma, serían deficitarios.

Ignacio 'Bluesville'Promotor y propietario de una sala
En Balears también estamos trabajando en la creación de asociaciones para dignificar el sector. La música moderna parece no contemplarse y sólo se respeta y ayuda a los que son «negocio», quedando fuera miles de grupos y salas. Los músicos tampoco están contemplados específicamente en la Seguridad Social y eso dificulta las cosas. Apoyo todas la peticiones del manifiesto y reclamo una Ley de la Música.

Roberto Menéndez
Promotor y propietario de una sala
Es fundamental una ley para terminar con la falacia de que sólo la música clásica es seria y merece protección oficial. La música popular en directo no se considera un valor activo de desarrollo social y cultural. Palma tuvo hace años una gran oferta musical, pero, tristemente, hoy es un desierto donde es prácticamente imposible conseguir una licencia de actividad y los horarios de cierre son fatales en zonas como sa Llonja.

Tolo Grimalt
Director de Factoria de Musics
Por lo que se del borrador, me parecía una buena ley sobre todo respecto al sistema fiscal y laboral, que ya se aplica desde hace tiempo en otros países europeos. Los catalanes tienen un sistema de cooperativa eficaz para la contratación con todos los derechos y deberes del trabajador, incluso cuentan con una página de contratación on line. Estamos mirando de importar este servicio a las Islas.

Xisco Albeniz
Músico y productor
Nuestra profesión está poco dignificada y estoy de acuerdo con quienes pretenden elaborar una ley que mejore la situación de los músicos. La mayoría de los que hemos hecho algún concierto pagado por instituciones públicas nos hemos encontrado que éstas casi siempre lo hacen de seis meses a tres años tarde. Nunca he creído demasiado en que el Estado meta sus narices en el mundo del arte, pero que cumpla con aquello de que todos somos iguales ante la ley.

Toni Rubio
Promotor
Es necesaria una Ley de la Música. Los promotores con experiencia nos encontramos con intrusismo, como las radios musicales que ejercen de promotores en las fiestas mayores. Además, el promotor sólo dispone de un 78% del coste de la entrada para pagar los gastos, el resto es para Hacienda, la SGAE y el sistema de ventas de entradas. Lo más lógico sería rebajar el IVA de las entradas y el resto de impuestos.

Joan Bibiloni
Músico y productor
Existe un trato de desigualdad hacia la música en relación a otros sectores culturales. Por ejemplo, en la composición de un nuevo consejo de sabios cultural, en Catalunya, no aparece ningún músico como miembro y eso es un despropósito. Es inevitable que los profesionales reclamen una ley y también sería importante trabajar duro para crear un público comprensivo que obligue a la Administración a estar a la altura de las circunstancias.