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MARIANA DÍAZ
El Día Mundial del Teatro se celebró en Mallorca con actuaciones, «como tiene que ser», según Tomeu Amengual, responsable del Teatro Municipal de Manacor. Pero también hubo actos que celebraban especialmente esta jornada y la lectura del habitual manifiesto, que este año fue obra del dramaturgo y director brasileño Augusto Boal, quien en su texto relacionó la vida diaria con el teatro y cerró su parlamento con la frase: «Actores somos todos, el ciudadano no es aquel que vive en sociedad, sino quien la transforma».

Para Boal, todos los rituales que vivimos cada día en nuestra cotidianidad son teatro. «Aunque inconscientemente, las relaciones humanas se estructuran de forma teatral», aseguró en su mensaje al mundo, que ayer fue leído en numerosos teatros y países del planeta.

En Mallorca, en el Teatre Principal, lo hizo el director de escena Serafín Guiscafré antes de que comenzara el ensayo general con público de la zarzuela Cançó d'amor i de guerra, que se puede ver hoy y mañana en dicho escenario.

En la Escola Superior d'Art Dramàtic de Balears (ESADIB) una parte de la mañana no se dedicó al estudio, sino a la fiesta. Los alumnos de segundo y tercer curso representaron algunas escenas, como la del coro de Antígona, y demostraron que ya saben manejar el florete, un arte necesario para interpretar historias de capa y espada. Además, la estudiante Neus Nadal leyó ante sus compañeros y profesores el texto de Boal.

Los jóvenes de la Escola Municipal de Teatre de Palma se pusieron las caretas y salieron a la calle. En la Plaça Major dieron rienda suelta a lo aprendido con una performance ante los atónitos paseantes.

Larga vida al teatro, un arte que nos divierte, nos enseña y nos hace mejores.