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AGENCIAS Farrah Fawcett, actriz que alcanzó la fama gracias a su papel en la serie de televisión Los Angeles de Charlie, falleció ayer a los 62 años de edad. La veterana intérprete padecía un cáncer contra el que llevaba luchando cerca de tres años.

Fawcett fue diagnosticada de un cáncer colorectal hace tres años. Cuatro meses más tarde se declaró libre del cáncer pero la enfermedad reapareció en mayo de 2007, y se extendió al hígado. Entonces viajó a Alemania para recibir un tratamiento alternativo. La actriz se mostró contraria a hablar de la enfermedad con los periodistas hasta mayo de este año, cuando permitió que se publicara una entrevista en el diario Los Angeles Times realizada un año antes. «Es mucho más fácil pasar por un problema y afrontarlo sin tener que estar bajo el ojo de todas las miradas», dijo en ese momento.

La actriz aceptó casarse con su pareja de toda la vida, el también actor Ryan O'Neal, hace tan sólo tres días, ya en su lecho de muerte. «Nuevamente le pedí que se casara conmigo, y ella aceptó», dijo O'Neal durante una entrevista.

Fawcett alcanzó la fama por un póster en el que posaba coquetamente en un traje de baño rojo. En 1976, el productor de televisión Aaron Spelling la eligió para formar parte del elenco original de la serie Los ángeles de Charlie, donde interpretó a Jill Munroe, la detective bronceada de largo cabello rubio.

Actuando junto a las actrices Jaclyn Smith y Kate Jackson, Fawcett se convirtió en la principal atracción de la exitosa serie, pero renunció al final de su primera temporada. Tras ser demandada por incumplimiento de contrato, realizó varias apariciones como invitada en los años siguientes.

La actriz buscó dejar atrás su estatus de símbolo sexual interpretando roles más complejos en la década de 1980. Recibió buenas críticas cuando hizo el papel de una superviviente de violencia doméstica en The Burning Bed, en 1984, película por la que recibió la primera de tres nominaciones a los premios Emmy.