Adrien Le Bihan (Marsella, 1938) disfruta siempre que puede de la Serra de Tramuntana y de Sóller, «la zona mejor conservada de Mallorca» y el pueblo donde nació su madre, respectivamente. Tras unos años ejerciendo de profesor de Historia, Le Bihan trabajó como representante cultural del Ministerio de Exteriores galo hasta el año 2000. La India, la URSS, Madagascar o Barcelona fueron algunos de sus destinos. El historiador ha pasado parte del verano aquí, lejos de su país, donde sigue de actualidad el ensayo que en 2008 publicó «contra» Nicolás Sarkozy. Sus «ensayos satíricos» le han colocado en primer plano, especialmente el dedicado al presidente francés.
"Su última víctima ha sido 'Sarko', un rival difícil...
"En 1994, Sarkozy, que era ministro de Presupuesto, publicó un libro titulado Georges Mandel, moine de la politique, sobre la figura de ese político francés. En 2007 dijo que había cambiado mucho como persona durante la elaboración de ese libro, así que me entró curiosidad por leerlo.
"Y fue una lectura agitada.
"Descubrí que publicó errores, mentiras y plagió. Es el libro de un impostor. Anteriormente, dos periodistas de Libération ya habían demostrado que había plagio, pero yo descubrí que era mucho más amplio de lo que se pensaba. Hice un ensayo documental e irónico contra Sarkozy. Salieron otros, pero Le Monde afirmó que el mío era el mejor. Dejaba de lado los asuntos familiares e inmobiliarios, que no eran de mi dominio, y se centraba en los fallos del libro.
"¿Sabe qué le pareció su ensayo al actual presidente?
"Yo no se lo mandé, no tengo por qué hacerle ningún regalo. Aunque supongo que alguno de sus colaboradores le habrá hecho llegar el libro.
"No le gustaría mucho...
"La editorial que iba a reeditar el libro de Sarkozy no lo reeditó. Por algo será. Y él, amigo de las denuncias, no interpuso ninguna.
"Con lo que usted asume que llevaba razón en sus críticas.
"Efectivamente.
"¿Cree que el libro lo escribió el mismo Sarkozy?
"Aunque quizás otros le hicieron llegar la información, lo cual es legítimo, el libro lo escribió él. Eso es evidente porque hay frases propias del estilo vulgar que Sarkozy utiliza en sus discursos.
"Dice usted que en el libro él desprecia a Charles De Gaulle.
"Sarkozy creció políticamente en un partido que seguía la línea de Charles De Gaulle, y éste casi ni aparece en el libro sobre Mandel, aunque el contacto entre los dos fue muy importante. Supongo que este libro se hizo rápido, supongo que el autor tiene poca idea de historia y supongo que quería borrar un poco la imagen de De Gaulle.
"¿Con qué objetivo?
"Por orgullo, para crecerse.
"Otra de sus obras, 'Auschwitz graffiti', también sacó los colores a más de uno.
"Durante mi etapa como representante cultural de Francia en Polonia tuve acceso al libro que los visitantes ilustres firmaban después de recorrer el monstruoso campo de exterminio de Auschwitz. Tuve acceso al libro e hice una antología de las inscripciones de jefes de Estado, deportistas, cantantes o políticos. Desde Helmut Kohl a Jane Fonda, era sorprendente la poca altura de lo que generalmente escribían tras ver Auschwitz.
"Póngame un ejemplo.
"No quiero citar a nadie sin tener el documento delante, pero puedo decirle que Fidel Castro escribió un discurso de una página, catastrófico. La mejor inscripción fue la de De Gaulle. ¡Los que salieron muy bien parados fueron Juan Pablo II y el rey de España, que sólo firmaron! "También rebatió usted a Georges Sand, escritora poco amiga de Mallorca...
"Cuando me pidieron un artículo sobre Sand leí su obra Un invierno en Mallorca. Quedé espantado por la cantidad de errores, falsificaciones y ataques a los mallorquines, a los que consideraba cerdos. Además, su antisemitismo era sorprendente. Es cierto que mucha gente era antisemita entonces, pero, ¿por qué no se habla de nada de ello al referirse a Sand? ¡Dijo que en cincuenta años Mallorca iba a estar dominada por los xuetes! Y en sus cartas llamaba a vengarse de los mallorquines.
"A usted no le gustaron sus inexactitudes.
"Sí. Además, me sorprendió mucho que, excepto José María Carbonero en 1840, nadie la hubiera rebatido. El cliché era que la sociedad mallorquina rechazó a una mujer que fumaba y llevaba pantalones. Pero ella sólo estuvo tres meses y se relacionó con franceses.
"No lo pasó muy bien en Valldemossa, con Chopin...
"Lo pasó mal. Era invierno y en la Cartoixa ella escribió dos libros, Lélia y Spiridion, llenos de fantasmas y monjes que resucitan. Con esa temática, y trabajando en ese contexto, se inventó una Mallorca que no era verdadera.
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