Pocos géneros son tan incorruptibles como la música clásica, cuyos recitales suelen dar poco margen a la improvisación y a la experimentación. El violinista Ara Malikian, del brazo de la productora Yllana, ha creado Pagagnini, un espectáculo que rompe con todas las normas y apuesta por triturar el «elitismo» de la clásica a base de humor. Se representará en el Auditòrium de Palma el 6, 7 y 8 de noviembre.
El libanés Malikian -nacido en 1968 y uno de los violinistas más celebrados de su generación- capitanea a un cuarteto de cuerda que con su «des-concierto» reinventa la manera de concebir un recital. El proyecto comenzó «como un experimento, que, por sorpresa, nos ha salido muy bien», afirma. Sin texto, sólo acompañados por una voz en off, los músicos practican el humor gestual y mezclan piezas clave de la música clásica alternándolas con otros estilos. Las notas de Carmen o de Mozart se encuentran con el With or without you de U2 en un contexto satírico: «Nos reímos de lo estirado que es este mundo, pero nadie se va a sentir agredido porque nuestro punto de vista es inocente. El humor y la música son las dos cosas imprescindibles en la vida. Si las puedes combinar, eres feliz».
Aunque el espectáculo tiene «el sello de humor de Yllana, no nos consideramos actores. Somos músicos». A pesar de ello, encadenan gags en los que descubren su vis cómica y aprovechan al máximo los recursos gestuales y Ara Malikian confiesa que preparando el espectáculo «he aprendido cosas que no sabía. Normalmente nos preocupamos mucho de los dedos o de los brazos. Nos olvidamos de la presencia escénica, el cuerpo, el espacio o el movimiento». El músico, alabado por su expresividad desde hace años, afirma que Pagagnini supone «una antes y un después. Siempre intenté que mis conciertos fueran más populares, no seguir las normas de la música clásica. Ahora lo haré todavía más. Quiero ser más enérgico, más teatral. Aprovechar las posibilidades del escenario y el movimiento», resume. Ciertamente, la clásica se mueve.
Ara Malikian, que ha tocado en varias ocasiones en Mallorca, nació en Líbano, en el seno de una familia armenia, y ha dedicado parte de su carrera a transmitir su pasión por la música clásica a los más pequeños, creando espectáculos especialmente para ellos. Destaca por haber combinado la interpretación de las grandes piezas de violín con composiciones de músicos actuales como Franco Danatoni o Malcom Lipkin. Después de Palma, Pagagnini, que ya ha sido alabado en muchos países, hará escala en Alemania, Austria, Canadá o los Estados Unidos. Broadway ya espera.
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