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«La gente cruzaba el muro llorando, nadie se lo esperaba. Estalló la euforia. Había oferta de martillos, todo el mundo picaba». Así recuerdan algunos mallorquines el hecho histórico que algunos expertos definen como «el final del siglo XX», la caída del Muro de Berlín. Éste y otros testimonios son recogidos por el cineasta mallorquín Pere Salom en el documental El mur de Berlín. Mirall de pedra, estrenado con motivo de la conmemoración del veinte aniversario de este acontecimiento. Esta producción didáctica presenta los antecedentes y las consecuencias de la caída del muro mediante imágenes históricas y varias voces que fueron testigos del fin de esta construcción y el inicio de una nueva historia.

El cineasta Pere Salom pasó una temporada en Berlín. Allí contactó con varios mallorquines que aportan a este documento sus experiencias y recuerdan «cómo lo vivieron, cómo cruzaron el muro y cómo se vivió la resaca de esa noche», explica Salom, quien contextualiza los hechos mediante la intervención de varios expertos como Ignacio Sotelo y Pedro Barceló. En el documental de 42 minutos, producido por REC Productions y Televisió de Mallorca, analiza desde cómo algunos viajaron a Berlín para librarse del servicio militar o disfrutar de una formación universitaria gratuita a cómo muchos artistas encontraban allí más oportunidades para desarrollar sus proyectos.

Los seis mallorquines entrevistados en el documental aportan sus recuerdos para transmitir casi visualmente la imagen de aquel «Berlín Oriental gris, desolador, marcado por la metralla en los edificios y el olor a la calefacción de carbón».

A todos los acontecimientos del 9 noviembre de 1989 les «pilló por sorpresa». «Se vivieron momentos de euforia popular. Tenías la sensación de que estabas viviendo un momento histórico», apunta uno de los testimonios.

En Mirall de pedra, hablan de las sensaciones que marcaron la reunificación. «En el fondo, no había reunificación, fue una absorción». Berlín experimentó grandes cambios, «se convirtió en una gran ciudad, con una oferta cultura impresionante, alternativa, hasta ser una de las capitales más excitantes y vanguardistas, una de las ciudades más vivas de Europa».

Pere Salom trabajó durante un mes y medio en este documental en el que recupera parte de esa «memoria que hay guardar para que no se evapore».