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XAVI SOLÀ De los rescoldos de Amparanoia nació, curtida en los pequeños matices, la faceta en solitario de Amparo Sánchez, que los próximos días 4, 5 y 6 de diciembre presentará sus nuevos temas en el Centro Sociocultural Sa Congregació de Sa Pobla.

Mascarón de proa de una escena poblada de nombres mediocres fotocopiados entre sí, su trayectoria es un auténtico collage de géneros que pone en jaque al público entre aromas de nu-jazz aflamencado y una voz difícil de olvidar. No en vano confiesa que «desde que me enrolé en la música siempre he percibido el respeto del público al escuchar mi voz».

Tras la escisión de Amparanoia la artista emprendió una trayectoria en solitario, cuyo primer fruto verá la luz a orillas del 2010 bajo el título Tucson-Habana, álbum que abre una ventana de nuevas influencias por la que se cuela un vendaval de ideas nuevas que conducen su fisionomía sonora a latitudes experimentales en las que coquetea con la Nueva Trova cubana o el jazz más académico. Proclamando así, que sigue abierta a la evolución de registro, pero «mostrando un lado más personal y emotivo».

Sin inyecciones de épica ampulosa, los ecos populistas derramados por Amparanoia permanecen ahogados en el formol del colectivo antiglobalización capitalista que reverberó, durante más de una década, su discurso. Amparo valora como «un honor que la gente que trabaja por un mundo mejor se haya sentido identificada con mi música, admiro a los activistas y voluntarios, sonar en sus manifestaciones o fiestas es una razón más para seguir componiendo».

En el registro de Tucson-Habana, ha colaborado la banda Calexico, eclécticos impenitentes del sudeste americano encargados de sumar al proyecto «un sonido inconfundible, gracias a la batería de John Convertino y ese ambiente de desierto aportado por Joey Burns que al ser trasladado al escenario genera una energía y una fuerza difíciles de comparar».