TW
0

MARGALIDA JOY
El museo modernista Can Prunera de Sóller se enriqueció ayer un poco más con dos actos que ayudarán a aumentar el renombre de la institución. Por un lado, se constituyó la junta de asesores artísticos del museo, y, por otro, recibió la donación de siete nuevas obras de arte, cinco cuadros y dos esculturas, que en los próximos días podrán ser contempladas por los visitantes del museo.

En cuanto a la junta asesora, está compuesta por un total de dieciséis miembros, los directivos de la asociación Tren de l'Art, nombres destacados del mundo del arte y la cultura local e insular, y los miembros del equipo directivo de Can Prunera. Los asesores destacaron la cantidad de donaciones recibidas por el museo, que «ayudarán a aumentar el fondo propio de Can Prunera», así como las propuestas y peticiones de nuevas exposiciones temporales. Los integrantes de la junta son: Pere A. Serra, presidente de la Fundación Tren de l'Art; Jaume Ensenyat, presidente del Casal de Cultura-Museu de Sóller; Francesc Conrado de Villalonga, presidente de MicroBank; los historiadores Trinidad Morey Serra, Joan Nadal y Francesc Bujosa; los artistas M. Lluisa Magraner, Salvador Martínez Muñoz y Aina Pastor Catanyer; los ejecutivos de la fundación Tren de l'Art, Carmen Serra y Rogelio Araújo; las comisarias Lola Durán, Carmen Mateu y Margalida Tur; el galerista Joan Oliver 'Maneu' y la directora de Relaciones Públicas de Can Prunera, Antònia M. Miró.

Por lo que respecta a las donaciones, el escultor Josep Maria Sirvent, que cuenta con reconocimiento internacional, donó una escultura que ya forma parte del jardín del museo titulada Par, mientras que la artista local que también ha triunfado en varios países, Francesca Martí, donó The fly, otra escultura con una de las moscas que la han hecho famosa. En cuanto a las pinturas, José Aranda entregó la obra Nirvana, inspirada en sus viajes a Nepal; Ñaco Fabré, su obra Grafismo occidental sobre estrucura urbana, que destaca por combinar cinco técnicas distintas, y el artista y poeta Lluís Maicas donó, junto al galerista Joan Oliver 'Maneu', Bestiari II: Fòssil no identificat. Además, el escritor Guillem Frontera y el restaurador José Mª Pardo donaron la pintura Té tot l'encant màgic para reivindicar la figura de su autor, el manacorí Andreu Llodrà Quetglas, y Bernat Quetglas, empresario vinculado al mundo del turismo, donó otra pintura del autor cubano Àlvaro Almaguer.