Arturo Fernández se sube a 'La montaña rusa', su «mejor comedia»

Posee el secreto de la eterna juventud y lo suyo, chatines, «es demasiado». A sus 81 años, el actor Arturo Fernández conserva intacto ese atractivo personal y profesional que irradia sofisticación y glamour y que «el público me exige». Ahora, sin renunciar a su clásico y elegante traje «de alpaca», el actor regresa a la Isla con su nueva producción, La montaña rusa, que anoche se estrenó en el Auditòrium de Palma.
En este montaje «de alta comedia», de Eric Assous, autor de la versión teatral de Los puentes de Madison, le acompaña Carmen del Valle, «la mejor actriz que existe actualmente en teatro». Juntos despliegan «el mejor texto que ha caído en mis manos», reconoce Fernández, quien se mete en la piel de un hombre casado y atractivo que se ve involucrado en una serie de historias cuando conoce a una mujer. «A aquellos hombres que piensen en llevarse una mujer a su casa, aprovechando que su esposa no está, no le van a quedar ganas de hacerlo después de ver la obra», dijo el actor, y reconoció que, a diferencia de otros personajes, éste es ahora el seducido.
Comedia
Acomodado en la comedia desde sus inicios, Fernández ha interiorizado «la sensibilidad y el glamour» que le exige el género, con el que se divierte y por el que jamás ha pedido una subvención, ya que «el arte no necesita dinero, sino creatividad. Si te dan dinero, te abandonas» y él «ama por encima de todo» su profesión. Rememorando sus estancias en la Isla, el actor recordó ayer su participación en 1962 en el filme Bahía de Palma, en el que compartió reparto con Elke Sommer. Desde prácticamente entonces, Arturo Fernández puso en marcha su propia compañía con la que se propuso que cada montaje «siempre tiene que ser mejor que el anterior. Soy muy meticuloso, demasiado exigente por el respeto que siento por el público», aseguró.
En Palma espera repetir el éxito que desde hace dos años le acompaña con La montaña rusa. Porque pese a las tablas, el fracaso le preocupa.