«La obra está llena de magia y poesía, es una metáfora que engancha»

-¿Qué diría de la obra para atraer al público?
-El primer requisito es que a ese alguien le guste el teatro. Últimamente se habla de la crisis del cine y, en cambio, el teatro hace tiempo que va muy bien, sobre todo, en provincias. La obra es de un autor muy conocido que desde que estrenó Bajarse al moro y La estanquera de Vallecas pegó muy fuerte. La particularidad de esta función es que está en las antípodas de todo lo conocido hasta ahora de Alonso de Santos. Está llena de magia y poesía, es una metáfora con un argumento que engancha.

-¿Cómo definiría la función?
-Es una muestra del talento de un autor que inventa un argumento absolutamente nuevo y magnífico y a través del cual unos gatos nos cuentan cosas de los seres humanos.

-Interpreta a un gato cascarrabias.
-Soy un gato que ya se las sabe todas y está un poco harto de un montón de cosas de la vida. Se refugia en la lectura de Marco Aurelio, es un gato intelectual que ya pasa por encima de todas las frivolidades humanas y lo único que quiere es que le dejen escuchar a Mozart.

-¿El montaje bucea en la condición humana?
-La obra quiere decir que hay muchas actitudes diferentes para afrontar ciertos hechos y problemas.

-Las críticas se refieren a un trabajo actoral estupendo, ¿cómo se consigue?
-Si hubiera una fórmula... Depende del talento. Creo que el talento, desgraciadamente, abunda poco.

-Para un actor la televisión y el cine son la fama, ¿por qué usted se decantó por el teatro?
-He vivido con unas anteojeras como las de los burros con la única visión del teatro. De alguna forma, yo soy el responsable de haber dado la espalda al cine y la tele desde que empecé mi carrera. A mí me interesa el trabajo en vivo en un escenario.

-¿Qué le queda por hacer?
-Se me ha escapado un personaje, Cyrano de Bergerac.

En el oscuro corazón del bosque. Auditòrium. Del 2 al 5 de abril. 25 euros.