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El presidente de Cantabria, Miguel Àngel Revilla y su esposa, Aurora Díaz, visitaron ayer el museo modernista Can Prunera en Sóller. Realizaron una intensa visita guiada por la casa en compañía de Pere A. Serra, presidente de la Fundació Tren de l'Art, y Rogelio Araújo, director de Can Prunera.
El presidente cántabro, que ayer dio una conferencia en Palma invitado por el Club Ultima Hora, hizo gala de su famosa simpatía y perenne buen humor y se interesó por la historia de la casa museo y su recuperación, aunque lo que más llamó su atención fue la colección de cuadros de las salas permanentes. Revilla quiso fotografiarse junto a todos los artistas reconocidos cuya obra cuelga en Can Prunera, «para que haya pruebas cuando lo cuente», bromeaba. «Esto a mi consejero de Cultura [Francisco J. López Marcano] le encantaría», aseguraba Revilla, quien no dudó en llamarle para contárselo y animarle a que visitara el museo.
Ni el presidente ni su esposa perdieron detalle del edificio, de los muebles, las baldosas o los techos modernistas. «Esto es como una joyería, es una joya», afirmaba refiriéndose a los motivos decorativos que rodean el interior del inmueble. Miguel Àngel Revilla y Aurora Díaz dijeron que se trata de su primera visita a Mallorca, y expresaron su interés por visitar varios rincones de la Isla. Antes de marcharse, Revilla firmó en el libro de visitas de Can Prunera, donde dejó una cariñosa dedicatoria y una caricatura de él mismo dentro de una zanco, calzado típico de Cantabria, en dirección a Sóller.