Ha trabajado con algunos de los grandes del cine norteamericano, como George Lucas. El especialista en efectos visuales Eran Barnea ha regresado a la Isla -fue alumno del máster Ma Isca en 1992- para compartir su experiencia de más de veinte años con los alumnos del Laboratori d'animació i tecnologies audiovisuals de la UIB. Barnea ha participado en conocidas películas, como Star Wars: La amenaza fantasma, Deep Impact o Spiderman 2, aunque también se ha dedicado a la publicidad y a explotar su vena artística. Ahora abandonaría el estrés norteamericano por un retiro balear, para recuperar una «vida» que en Estados Unidos, dice, se hipoteca por el trabajo.
-¿Cómo llegó un israelí a Mallorca atraído por la animación?
-En los noventa, no había muchos sitios donde estudiar animación. Fui a Barcelona y no encontré nada. Al final, me hablaron de Mallorca y del máster Ma Isca. Juan Montes de Oca fue mi maestro en 1992 y tres años después me fui a Estados Unidos a trabajar con George Lucas. Me busqué mucho la vida. En esos años no había mucha gente en Estados Unidos preparada para este trabajo y buscaban profesionales de Europa y Canadá. Ahora la situación es distinta.
-¿Cómo fueron esos inicios con George Lucas?
-Fue mi gran escuela. Llegué sabiendo de animación, pero no de efectos visuales. En cuatro años aprendí mucho y, desde entonces, se me abrieron muchas puertas.
-Pero no sólo ha trabajado en grandes películas.
-No, a mí me interesa más el proceso, la creatividad. Y eso no siempre se encuentra en las grandes producciones. Por eso, también me interesa mucho el cine independiente.
-¿Por qué compaginar esta profesión con la docencia?
-Hago muchas cosas. La imagen digital me gusta y hay muchos medios para explotarla. El cine es la más popular, pero siempre busco otras cosas interesantes que hacer.
-¿Como vía de escape?
-Claro. Me interesan mucho más mis cosas que el trabajo, pero para ganar dinero hay que estar en una industria. Dedico el 95% de mi tiempo a mi profesión. Hace tres meses que terminamos The Factory y ya estamos con otro proyecto.
-EE UU es el gran mercado. ¿Qué posibilidades tiene hoy la gente que se está formando en Europa de trabajar con la élite?
-Antes todo se hacía en Estados Unidos. Desde hace cinco años, eso ha cambiado. Los grandes estudios siguen allí, pero la mayoría de trabajos se hacen fuera. Por eso, creo que hay muchas posibilidades de trabajar desde Europa para el mercado americano. Inglaterra y Alemania se están explotando mucho. Allí los gobiernos rebajan un porcentaje de impuestos a las producciones que acogen.
-¿Sería positiva la incorporación de efectos al cine español?
-Creo que mejoraría mucho la imagen. Se asocian los efectos a las grandes producciones, pero hay películas independientes que incorporan algunos detalles y que no resulta nada caro.
-¿Se siguen haciendo malos efectos?
-Sí. Hay muchas películas americanas, que no llegan a Europa, y que tienen escenas horribles. Hay películas buenas, con efectos malos; y películas con guiones malos y grandes efectos visuales.
-¿Qué filme marcó la revolución en los efectos visuales?
-La innovación llegó con Tron, de Disney; pero la revolución llegó con Terminator.
-¿Lo mejor que se ha hecho?
-Por ejemplo, Iron Man 2, pero podría decir otras.
-¿Qué nivel cree que tiene el audiovisual en esta Isla?
-Hay muy buen nivel y ya hay gente que está trabajando en la industria.
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