-¿Es cierto que el público podrá subir al escenario a cantar?
-Si, durante los quince minutos previos al inicio de la obra el escenario funciona como un auténtico karaoke, si alguien se atreve ya sabe que el micrófono estará abierto.
-Háblenos de su personaje.
-Interpreto a Estrella, una mujer normal a quien su pareja acaba de abandonar, para ella el karaoke es un poco como una catarsis.
-¿Puede un karaoke convertirse en una vía de escape de las miserias humanas?
-Los karaokes son psicólogos muy baratos, vas y descargas tus frustraciones ante el micro. Da igual si cantas bien o mal, el efecto es el mismo. Las canciones sirven de refugio o exaltación, algunas te recuerdan buenos momentos y otra, no, pero todas sirven para conectar contigo mismo.
-En un karaoke, ¿cuál sería su canción?
-Antes muerta que sencilla, de María Isabel.
-¿Me desvela el motivo?
-No me gusta exponer mis sentimientos, prefiero una canción trivial donde no queden en evidencia mis emociones.
-La obra transmite un valor importante en la vida: aprender a reírse de uno mismo.
-Es importante saber hacerlo, no importa la tragedia que lleves dentro, si sabes reírte de ti cualquier mal será menos doloroso.
-¿Qué sensaciones le aporta el teatro con respecto a otros medios?
-El directo es algo diferente, cada función es distinta y no sólo por nuestras interpretaciones, sino también por el público. A veces te sale una función que tiende a lo trágico y otra resulta más cómica.
-Pese a ser una comedia, la obra puede dejar un poso amargo. ¿Existe un espacio para la reflexión en Karaoke?
-Sus protagonistas son unos personajes al límite, todos sufren pero, a la vez, tienen algo positivo que les empuja a vivir. Es cierto que existe un momento en que la comedia se vuelve un poco dramática y eso conlleva una reflexión.
Karaoke. En el Auditòrium de Palma del 25 al 3 de este mes. 28 euros. Con Neus Asensi, Juanjo Artero, Elisa Matilla y Àngel Pardo. Comedia.
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