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Lleva treinta años trabajando en el sector audiovisual y quince afincado en Mallorca. El productor sevillano Pedro Barbadillo es el director de la Mallorca Film Commission, una entidad que nace impulsada por la Fundació Mallorca Turisme. Barbadillo, con una dilatada trayectoria en la producción y dirección de documentales y trabajos de investigación, traza estos días las bases de este nuevo proyecto, que principalmente «pretende ser una ventanilla única» para los productores interesados en rodar en la Isla.

-¿Por qué se presentó a la dirección de la Mallorca Film Commission?
-Desde que empezó a existir un sector audiovisual en Mallorca estuve muy involucrado en tareas para su construcción. El audiovisual ha estado bastante retrasado en cuanto a consolidación respecto a lo que ha sucedido en otras comunidades. Desde las asociaciones hemos trabajado por una política que haga del audiovisual en Balears una industria de futuro y que cree las bases para el crecimiento, la exportación. Cuando se convocó la plaza pensé que llevo tanto tiempo proponiendo estas cosas desde fuera, que a lo mejor era el momento de hacerlas desde dentro. Era una buena oportunidad y me presenté. No sé si echaré de menos la producción.

-¿Qué garantiza la perdurabilidad de la Mallorca, a diferencia de la Illes Balears Film Commission?

-Se crea a partir de una fundación que la integran el Consell de Mallorca y otras entidades empresariales. No sólo es pública. Nace con una vocación clara de convertir Mallorca en una isla favorable para el turismo. La Illes Balears Film Commission nació con una idea parecida, pero en un momento determinado los Consells se retiraron. No descartaría que la Balears se reactivara como un paraguas de promoción internacional del que formaran parte las Film Commission insulares, pero tendría que venir de una financiación del Govern, aún pendiente.

-¿Por dónde empezará a trabajar?
-Estamos trabajando en las necesidades de promoción, actualizando la base de datos, creando la web,... Pero lo más urgente es homogeneizar la normativa de los ayuntamientos y del resto de instituciones de Mallorca en el tema de los rodajes. Estamos promoviendo una ordenanza unificada para toda Mallorca, que se va a presentar a todos los ayuntamientos a través de la federación de entidades locales. Si una productora va ahora a un ayuntamiento a pedir permisos, se encuentra con que en algunos sitios se aplica la normativa de actividades ambulantes; en otras de ocupación de espacio público...Así, es complicado tanto para el ayuntamiento como al productor ponerse de acuerdo.

-¿Cómo se mejorará la presencia internacional?
-He estado en Sevilla en la Sevilla International Locations Expo y en 2011 iremos a la Berlinale, a Cannes, a Los Angeles y Marruecos, a un encuentro de localizaciones y productores. Todo para atraer rodajes.

-¿Y evitar que volvamos a mandar a Al Pacino a su casa cuando pide rodar en Cabrera?
-Mientras yo pueda no volverá a decirse a Al Pacino que se vaya porque no puede rodar en Cabrera. No se midió lo importante que habría sido ese rodaje para las Islas. La industria del cine no consume territorio, es bastante respetuosa con el medio. Nadie discute lo imparten que fue para Barcelona el rodaje de Woody Allen.

-¿Qué harán más allá de la promoción?
-Es necesario reforzar la industria y el talento local. Por ejemplo, ha sido muy complicado sacar adelante El perfecto desconocido de Bestard Se han necesitado cuatro años. Nuestro trabajo será tratar de que se consiga en uno o en dos. Además de otros asuntos, algo fundamental que hace que otras localizaciones sean más interesantes son las bonificaciones o reducciones de impuestos a quienes invierten aquí en un rodaje. Nuestros principales competidores en el Mediterráneo es Malta, que devuelve un 20% de lo que se invierte. Si no tenemos una ley que permita hacer una reducción fiscal, sí tiene que haber un compromiso de la comunidad autónoma o de entidades de las Islas o de Mallorca que aporten ese fondo para incentivar producciones.

-¿Recuperarán el consorcio?
-Se tiene que hacer, se llame cómo se llame. Es necesario y el modelo a seguir creo que es el del Institut de les Indústries Culturals.