El actor Sergi López, posando durante la entrevista en la localidad barcelonesa de Vilanova i la Geltrú. | Carles Domènec

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El actor Sergi López representará el monólogo Non Solum, que dirige Jorge Picó, en el Teatre del Mar, en Es Molinar (Palma), del 9 al 20 de febrero. Al llegar al lugar del entrevista, el artista recibe a Ultima Hora en la barra de su restaurante Negrefum de Vilanova i la Geltrú (Barcelona), a punto de servirnos un café y de demostrar que habla por los codos con un variado repertorio de miradas, tonos de voz, gestos y una enorme simpatía.

-¿Cómo surgió el espectáculo Non Solum?
-Ahora empiezo a asumir que soy actor de cine, pero empecé haciendo teatro; fui a París a hacer teatro y por culpa del cine lo dejé. Después de tres años sin hacer nada de teatro, tenía muchas ganas e ideas que se acumulan. Con Jorge Picó ya preparamos una nueva obra que empezaremos a ensayar en marzo y en la que actuaremos los dos.

-El espectador reflexionará sobre la diferencia entre iguales.
-Es una obra difícil de explicar que habla de muchos temas sin pretenderlo. La identidad es importante, pero la obra está disfrazada de payasada y esencialmente es una comedia. Hay muchos personajes y todos se llaman y hablan igual. Hay algo de locura o de voz interior. Es una situación con un gran potencial cómico que va ofreciendo cuestiones más trascendentales sin respuestas. Se puede ser igual y diferente a la vez.

-Su vida profesional cambió cuando decidió ir a París a estudiar en la escuela de Jacques Lecoq.
-Sí, ahí conocí al director Manuel Poirier y fue la causa de que me metiera en cine. Rodé con él cinco películas que me permitieron conocer el oficio sin tener conciencia de crearme una carrera de cine. La quinta fue Western, que me llevó a Cannes. En la escuela también conocí a Jorge Picó. Hay escuelas que enseñan interpretación, pero Lecoq enseña teatro, te hace creer que es posible encontrar tu lenguaje.

-Hay actores extranjeros que tratan de adquirir una perfecta dicción francesa. No es su caso.
-Hablando con acento catalán siempre he tenido trabajo y algo que era un hándicap ha terminado siendo una cualidad en Francia. Las obras de Shakespeare eran conocidas porque participaban actores con acentos diferentes. Mi imagen es indisociable de la voz y mi acento es parte de mi vida. Este capitalismo social, no solo económico, que dicta que las cosas son de una forma y que hay que sacrificarse, no es del todo verdad. Es posible escoger el tipo de persona que quieres ser y encontrar tu manera de hacer las cosas. Lo importante es reconocerse en lo que haces.

-Está nominado a un Goya por su papel en Pa negre, una película que se está viendo en versión original en salas de toda España.
-Es un hecho esperanzador para los españoles, pero también para los catalanes. Estoy a favor de la Ley del Cine en Catalunya porque es de sentido común. El cine gasta mucho dinero en sonido porque en él hay una voluntad artística.

-Su familia era republicana. ¿Le supuso una emoción especial encarnar a un alcalde franquista?
-No, por suerte. Los actores profesionales nos liamos porque intentamos gestionar nuestros miedos. Hacer ver que eres otra persona da miedo. Funciona mejor pensar que tú no eres el personaje porque las dificultades ya van surgiendo solas.