Imagen de la obra 'La rara anatomia dels centaures', que está preparando Iguana Teatre. | R.Ballester

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Puede que sea la producción más desconocida o quizá la menos popular de la literatura de Miquel Àngel Riera, pero «la narrativa corta es muy interesante, variada y refleja toda la temática de la obra» del escritor de Manacor, explicó Pere Fullana, director de La rara anatomia dels centaures , montaje que Iguana Teatre estrenará el próximo 7 de abril en el Teatre Principal de Palma.

«Hemos hecho una selección de seis cuentos de los años setenta, que están a medio camino entre su obra poética y su narrativa. Son tragedias, dramas, hay humor e, incluso, ciencia ficción», comenta Fullana, que se ha encargado de la dramaturgia de esta nueva producción que toma prestado el título de un libro de catorce textos escritos por Riera entre 1974 y 1977, La rara anatomia dels centaures , en los que analiza la realidad humana.

Fullana se ha permitido ciertas concesiones en este trabajo que ya ha podido ver la viuda del escritor, Roser Vallés, pero «he tratado de captar la esencia de lo que el autor quiere comunicar». Así, aunque no es fácil trasladar al escenario un texto literario, la obra incide especialmente en uno de los temas más habituales en la obra de Miquel Àngel Riera, la dualidad «desde diferentes puntos de vista». Sobre el escenario, «un espacio simbólico», se presentan cinco actores (Sergi Baos, Maria Bauçà, Aina Calpe, Nies Jaume y Carles Molinet) «en tránsito» entre la realidad y la ficción, el mar y la tierra, la vida y la muerte,...«hasta el punto en que el público no sabrá si está ante los personajes de los cuentos o cinco actores que representan a los personajes. Teatro dentro de teatro», detalla Pere Fullana, quien añade que estos espacios «son ricos, momentos de tensión, de cambio, que crean situaciones muy interesantes». Los últimos pensamientos de un fusilado en la Guerra Civil, una historia de amor triste y profunda o el relato de una caza accidentada son las historias de esta nueva producción en la que no falta el humor, un recurso «que Riera no utilizó tanto en sus novelas, pero sí en su narrativa corta».