Isabel Pantoja, muy querida por el público mallorquín, ayer durante el concierto. | J. Lladó

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Tras regresar a España con la maleta cargada de éxitos de Argentina y Chile, Isabel Pantoja volvió a triunfar anoche sobre el escenario del Auditòrium de Palma. La sevillana obtuvo un gran recibimiento por parte de cientos de seguidores que durante quince años han esperado el regreso de 'la tonadillera' a tierras mallorquinas, donde hace más de treinta años debutó a nivel profesional.

Pasados sólo unos minutos de las nueve de la noche, los músicos fueron los primeros en pisar el escenario ante la insistencia del público, que desde que entró en la sala no dejó de corear el nombre de la protagonista de la noche, Isabel Pantoja.

Después llegó el momento de la gran figura de la copla, vestida con traje de cola de color rosa. De pie, con los brazos abiertos y mirando a la platea; en silencio, emocionada, absorta... Isabel Pantoja se contagiaba del calor de su público. Gritos de «¡Guapa!» o de «Isabel, eres la mejor» acompañaron a una intensa y ensordecedora ovación.

Se inició el concierto. Yo me llamo Isabel fue la carta de presentación de espectáculo, que llenó el Auditòrium hasta la bandera. Pantoja aprovechó este concierto para presentar al público su último disco, No me parezco a nadie. Acompañada y coreada durante todo el recital, que tenía previsto su final llegada la media noche, la cantante sevillana regaló a sus seguidores mallorquines temas históricos de sus 30 discos publicados, como Marinero de luces, Hoy quiero confesarme, Se me enamora el alma o Que se busquen a otra.