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La limpieza de las paredes y el presbiterio en el interior de la iglesia de Santa Clara, en el monasterio palmesano del mismo nombre, ha deparado algunas sorpresas en forma de pinturas en la zona del coro y bajo coro, justo sobre el portal principal. Un equipo de restauradores, dirigidos por Monserrat Dezcallar y Noemí Casellas, de Es Taller CB, se encuentra en estos momentos en el inicio de una labor de «investigación y rescate» de las mismas, ya que el hallazgo ha sido muy reciente.

Precisamente, estas expertas, así como el aparejador diocesano, Bartomeu Bennassar, se reunirán hoy con las técnicas en restauración del Departamento de Patrimoni del Consell para decidir el futuro de algunos de estos restos. La obra total, financiada por las clarisas, tiene un presupuesto de 200.000 euros.

Motivos vegetales pintados a la cal, y en bastante mal estado, en alternancia con figuras al óleo que representan ángeles, y un par de medallones, o tondos, con las imágenes de dos santas, una de ellas Santa Inés, componen toda una franja central bajo la barandilla del coro. Esta especie de cenefa heráldica, cuyo futuro se decidirá hoy, la preside un cuadro de la Inmaculada, ejecutado también directamente sobre la pared, cuya existencia ya se conocía, pero que igual puede desvelar aún algún 'secreto' bajo la suciedad, barnices y repintes que la oscurecen.

Sin datación

Este amplio conjunto, aún sin datación exacta hasta que pueda ser estudiado con mayor profundidad, podría ser de finales del XVIII o principios del XIX. Se completa en el bajo coro, en el interior de un par de arcos, con el mismo tipo de decoración, en éste caso en muy buen estado de conservación, por lo que en Patrimoni ya se tomó la decisión de dejarla a la vista. Dezcallar apuntó ayer que sobre estas pinturas se practica una «restauración arqueológica», lo que significa «consolidar, proteger, mínima intervención y respeto al máximo».

Durante las catas en las paredes de la iglesia también salieron a la luz, en la zona de clausura del coro, unas pinturas góticas que, según Dezcallar, representan «despiece de sillares», es decir, rayas negras sobre fondo blanco van marcando líneas de los sillares en la forma en que se construye un muro. En este caso, la muestra surgida en las catas se dejará como testimonio, y por si en el futuro se encontrara financiación, se podría repicar toda la zona y sacar el resto a la luz ya que, como comentó Dezcallar, este tipo de pintura se podría encontrar por una zona amplia. Lo mismo ocurre con la que se denomina pintura marmoleada, que podría decorar amplias zonas de la iglesia. De momento, se ha documentado y permanece a resguardo bajo la utilizada actualmente.