Los artistas de las vanguardias históricas, con Picasso a la cabeza, se inspiraron, tanto en el arte de los pueblos primitivos, como en el de la prehistoria y la antigüedad. Indagar en esa relación es lo que plantean los comisarios de la muestra, Garau y Oliver. Ellos lo hacen a través de «criterios estéticos, de formas, texturas, de uso», dice Oliver, pero esperan que los visitantes «establezcan su propia relación» entre los objetos funerarios, domésticos o rituales, datados entre el año 2000 antes de Cristo y el siglo II de nuestra era, y el arte plástico de los creadores del siglo XX.
Para ello, proponen a los visitantes de todas las edades «un juego de los sentidos». «No es sólo una exposición de arqueología, ni una de arte contemporáneo», explican los comisarios. Se trata de «cómo pueden interactuar» piezas tan dispares que «pueden hacerlo de muchas maneras y varias entre sí, no tiene que ser por parejas, sino que dejamos que sea el espectador quien encuentre una relación».
En esta exposición se dan varias felices circunstancias. En primer lugar, la colaboración entre el Museu de Mallorca, Can Prunera y la Col·lecció d'Art Serra, que son quienes aportan las piezas. «Planteamos un proyecto que fuera beneficioso para todo el mundo», dice Garau. Para el Museu de Mallorca, cerrado por obras, «es una oportunidad para seguir abierto en el sentido de mostrar elementos de su fondo, que es maravilloso», comentan los comisarios.
Por otro lado, los elementos de arqueología elegidos fueron encontrados durante excavaciones que tuvieron lugar en tres yacimientos de Sóller, la Cova de Moleta, Coval d'en Pep Rave y Roca Roja, así que, temporalmente, vuelven a su lugar de origen. «Los municipios desconocen la cantidad de materiales que han sido encontrados en sus territorios», comentan.
Por su parte, entre Can Prunera y la Col·lecció Serra reúnen para la muestra obras de grandes maestros como Picasso, Jean Arp, Marino Marini, Henry Moore, Max Ernst y Vasily Kandisnky. En esta exposición, buen ejemplo de colaboración entre instituciones públicas y privadas, Can Prunera estrena un programa didáctico para escolares. Rogelio Araújo, director del centro, añade que éste consiste en «una visita guiada y un material didáctico que ofertamos a los colegios con un precio especial».
Finalmente, el proyecto cuenta también con la participación de Manel Calvo, prehistoriador de la Universitat de les Illes, que escribe un texto en el catálogo.
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