Carles Molinet se mete en la piel de un «joven e impulsivo» Baltasar Porcel

«Fue una relación curiosa la de Porcel y Villalonga, y muy interesante», apunta Molinet, quien explica que «las cartas están reunidas en un libro que acaba de publicarse, aunque en él figuran cerca de 500 cartas, y nosotros hemos seleccionado algo más de 40». De éstas «se descubren las claves de su relación que, además de ser una de maestro y discípulo, también lo fue casi de padre e hijo», señala.

Se trata de «diálogos íntimos y sosegados, aunque el tono de ambos autores era diferente. Mientras que Porcel era una persona que pasa de un extremo a otro en cuanto a sus ideas, Villalonga era más tranquilo y sosegado. Ambos tenían un gran respeto por el otro», indica el actor. Según se deduce de las cartas de Villalonga, «él pensaba que Baltasar era un diamante que había que pulir». De hecho, «con el tiempo, Porcel necesita menos de su maestro», añade.

La primera carta está datada en 1957, cuando Porcel «se encontraba en Cartagena realizando el servicio militar», después de ser un asiduo al bar Riskal de Ciutat, local que frecuentaban literatos como Villalonga, «quien ya había triunfado». La última, es de 1970.

Sobre la posibilidad de traer Cartes. Llorenç Villalonga i Baltasar Porcel a Palma, «me encantaría, aunque todo depende del Lliure», concluye.