En medio de un océano de divos sin enjundia, aspirantes a Coldplay y folk-pop anodino, Haddock's Orphans son un islote de osadía. Las canciones de su segundo elepé, Fishing Birds , crecen en poder expansivo, la luz entra por las ventanas sin renunciar a ese romanticismo neblinoso que desde un dormitorio apunta a las estrellas. Adscritos a la Revetla de Sant Sebastià, el cuarteto compartirá escenario con De la Fé y las Flores Azules esta noche, a partir de las 21.00, en la Plaça de la Reina.
Si prestan atención, en los recovecos de Fishing Birds se les aparecerá el fantasma de Frank Black, Edwyn Collins e, incluso, el mismísimo Morrissey. No obstante Coque Piña, guitarra y compositor del cuarteto, rechaza las comparaciones empuñando un sólido argumento: «Hay bandas que cuando empiezan a tocar ponen como ejemplo a un grupo. Para nosotros es imposible, porque cada uno pondría unos cuantos que difieren del resto, por no decir que tener como modelo a un grupo concreto me parece poco motivante. Prefiero considerarnos un grupo promiscuo, musicalmente hablando».
Tras su primer largo, Nihil obstat (2009), la banda se planteó la grabación y producción de Fishing birds «sin una fecha tope que nos hiciera correr, preocuparnos más de la calidad de sonido y de los arreglos, que de la cantidad». Fishing Birds retrata a una banda en plena ascensión creativa, su autoproducción saca petróleo de dulces melodías acústicas que acaban envueltas en catedrales de ruido, el pop les sale por todos los lados al igual que la inventiva textural, «el amor en sus variantes de frustración, atracción y no correspondido, así como la nostalgia y la idea de no perder de vista las cosas que tienen valor para cada uno de nosotros» nutren unas canciones que invitan a una segunda escucha.
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